A Pedro Sánchez hay que reconocerle en primer lugar que se enfrente, en directo, a las preguntas de varios de los periodistas más ‘incómodos’ de este país, desde la sensatez de Lucía Méndez a las incisivas preguntas de Eduardo Inda sobre Gómez Besteiro. Mariano Rajoy, en cambio, sigue acumulando plasma en su haber.
“Debe confiar en mi”. Esa es la condición de Pedro Sánchez para que Pablo Iglesias forme parte de su Gobierno. Como con Rajoy, las relaciones personales parecen estar en la falta de diálogo entre los dos máximos líderes de la izquierda si, como insiste el socialista, el problema no es el contenido de su acuerdo con C’s, perfectamente asumible por Podemos en su mayor parte.
“Escuchando las cosas que dice [Pablo Iglesias] parece más que quiere volar todos los puentes” entre ambos, respondió a Hilario Pino.
A Iglesias le pone ante el dilema de “cambio o elecciones”. Sánchez presiona a su principal adversario apoyado en unas encuestas que culpan al líder de Podemos del bloqueo político y de que Rajoy siga siendo presidente. Sabe que, como el PP, buscará un pacto antes que jugársela en las urnas.
“Iglesias tiene que entender la Democracia como algo donde tenemos que ceder todos”, fue el mensaje que le mandó el secretario general del PSOE.