Hoy y mañana se reúnen en Shanghái los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales del G-20 para analizar y discutir el debilitamiento del panorama económico mundial. Esta misma semana el FMI pedía en un informe elaborado para esta reunión acciones valientes para estimular una economía mundial amenazada por una nueva crisis. El FMI alerta de los riesgos de que "la recuperación descarrile", dada la actual "alta vulnerabilidad" de la economía global, que está afectando tanto a economías desarrolladas como EE.UU., la zona euro y Japón, cuyo crecimiento se ha ralentizado en el último trimestre de 2015 y el comienzo de 2016, como a los países emergentes como China, que está en una fase de menor crecimiento o Brasil, cuya recesión parece ser más profunda y prolongada de lo inicialmente previsto. En los últimos meses las perspectivas mundiales de crecimiento además han empeorado debido a las tensiones financieras y el descenso de las materias primas. En enero el FMI rebajó en dos décimas, hasta el 3,4%, las previsiones de crecimiento global. En este entorno la directora gerente del FMI insta a las autoridades del G20 a elaborar “un plan para coordinar el respaldo a la demanda usando el espacio fiscal disponible para impulsar la inversión pública”. Probablemente en el comunicado final del encuentro se pondrá de manifiesto la disposición a tomar medidas si las condiciones económicas siguen empeorando y, según un funcionario europeo, se hará mucho énfasis en la importancia de la coordinación.