Ayer los dos principales bancos centrales europeos, el BCE y el Banco de Inglaterra, hicieron públicas las actas de sus últimas reuniones. Las del BCE hacen referencia a la reunión del 3 de diciembre cuando recortó los tipos de depósito al -0,3% desde el -0,2% y extendió el programa de compra de activos en seis meses, hasta marzo de 2017. El ajuste en la tasa de depósito al que el BCE “remunera” los fondos depositados por las entidades financieras en el BCE es un intento por impulsar a los bancos a prestar dinero. El BCE también amplió sus 60.000 millones de euros mensuales en compra de bonos gubernamentales y del sector privado. Los mercados esperaban más por parte del BCE, pero según se señala en las actas, el BCE necesitó mantener una mayor cautela en su reunión de diciembre y permanecer preparado en el caso de que se requieran otras medidas de alivio monetario más adelante. Además, también se señala que los miembros del BCE no se pusieron de acuerdo sobre la importancia que supone para la modesta recuperación económica de Europa una amenaza de crisis en China y otros mercados emergentes. La próxima reunión del BCE es el jueves 21 de enero, y el mercado espera el análisis que pueda hacer sobre la situación económica de China, el descenso de las materias primas y el efecto que puede tener sobre las expectativas de inflación de la eurozona. En cuanto al BoE, mantuvo ayer los tipos de interés sin cambios, y solo uno de los nueve miembros se mostró a favor de subir los tipos.