El FMI admitió ayer al yuan o renminbi en su cesta referencial de monedas, conocida como Derechos Especiales de Giro (SDR por su sigla en inglés). De esta forma, los miembros de la institución parecen respaldar los esfuerzos de las reformas económicas de China, esperando que los cambios continúen. El yuan se suma así, al dólar, al euro, la libra esterlina y el yen en su papel de divisa de reserva internacional. Desde un punto de vista técnico, la decisión no está exenta de algunas dudas. Para formar parte del SDR, una divisa deber ser “ampliamente negociada” y “libremente utilizada”. El primer requisito se cumple sin duda. De hecho, el yuan fue la segunda divisa más usada en los intercambios comerciales en agosto. Sin embargo, mucho más discutible es la segunda condición. La moneda tendrá una participación del 10,92%, tras una revisión de la fórmula para las ponderaciones de SDR, que determina qué monedas pueden recibir los países como parte de los préstamos del FMI. Establecida por última vez en el 2010, la composición de la cesta es: 41,9% dólar, 37,4% euro, 11,3% libra esterlina y 9,4% yen. El yuan no se unirá hasta octubre del 2016. Bajo las nuevas ponderaciones, la participación del euro caerá a 30,93%, la libra y el yen también tendrán un peso menor, mientras que el dólar se mantendrá casi al mismo nivel. El ingreso al SDR probablemente generará demanda de yuan y de activos denominados en esta divisa a medida que los bancos centrales y fondos ajusten sus carteras.