Todas las reuniones de la Reserva Federal generan mucho interés, sin embargo pocas se pueden definir como “la reunión”. La de este mes era una de ellas. Tras muchos argumentos a favor y en contra de una subida de tipos de interés, la Fed ha decidido mantenerlos en los mínimos actuales, reconociendo con ello las preocupaciones por una debilitada economía mundial. No obstante, deja abierta la puerta a la posibilidad de un modesto endurecimiento de su política monetaria más adelante en este año. La Reserva Federal hace así una retirada táctica, señalando que una serie de riesgos globales, la volatilidad de los mercados estadounidenses y otros factores, justifican postergar la que habría sido la primera subida de tipos en casi una década. "Recientes acontecimientos globales económicos y financieros podrían restringir de alguna manera la actividad económica y probablemente pongan más presiones a la baja a la inflación en el corto plazo", dijo la Fed en su comunicado. Los funcionarios de la Fed proyectaron que la inflación avanzará con mucha lentitud hacia el objetivo del 2%, pese a que redujeron la previsión de desempleo más de lo indicado en sus estimaciones previas. Ahora esperan que la tasa de paro llegue al 4,8% el próximo año, manteniéndose en ese nivel tres años. En su conferencia de prensa posterior al anuncio, la presidenta de la Fed declaró que las autoridades del organismo seguían considerando un ajuste monetario, aunque deseaban tomarse "un poco más de tiempo” para decidir, y que hacerlo en octubre seguía siendo "una posibilidad".