Standard & Poor's ha rebajado la nota crediticia a largo plazo de Brasil hasta bono basura, desde “BBB-“ hasta “BB+”, y mantiene la perspectiva negativa. Aunque la rebaja en si no supone una gran sorpresa para los mercados, si lo ha sido el breve espacio de tiempo transcurrido, seis semanas, desde que S&P rebajó la perspectiva a negativa. La agencia señala que el deterioro de la situación política limita la capacidad del Gobierno para presentar al Congreso un presupuesto para 2016 consistente con los compromisos adquiridos por el Gobierno en materia fiscal. A las tensiones políticas se suma el deterioro económico que ha llevado a la economía brasileña a entrar técnicamente en recesión en el segundo trimestre tras acumular dos consecutivos de crecimiento económico negativo. Razones políticas y económicas también fueron las argumentadas por la agencia Moody´s el pasado 11 de agosto cuando rebajó el rating de Brasil desde “Baa2” a “Baa3”, último nivel dentro del grado de inversión. Fitch mantiene la calificación en “BBB”, penúltimo nivel dentro del grado de inversión, desde abril de 2011, aunque en el pasado mes de abril rebajó la perspectiva a negativa. Inicialmente la rebaja por parte de S&P puede generar tensiones puntuales en los mercados brasileños, aunque no parece probable que se pueda producir un efecto contagio a otros países de la zona, sobre todo mientras las dos otras agencias sigan manteniendo la deuda de Brasil en el nivel de grado de inversión.