Se murió el gran empresario jerezano. Eso sí, tenía un arte que no se podía aguantar. Poco importa o nada ya que miles de familias se vieran estafadas por su ambición. Él gano su dinerito y aquí paz y después gloria.
Ha muerto y habrá que enterrarlo. Pues no. Ha dicho un juez que ni hablar. Que hay una mujer que dice que es hija suya. Si a esto añadimos que ha salido su ex amante contando todo con pelos y señales, pues para qué queremos más. El culebrón está servido. Ahora se entiende que su mujer no quisiera convivir con él y ello a pesar de ser una ferviente seguidora del Opus Dei. No, si aquí hay para todos.