Como viene ocurriendo en la mayoría de las jornadas, ayer el ritmo de los mercados lo marcó China tras anunciar que fortalecerá su política fiscal, aumentará su gasto en infraestructura y acelerará la reforma de su sistema tributario. Su primer ministro reiteraba el compromiso del Gobierno con las reformas y los estímulos económicos. Buscando quizá la tranquilidad de los mercados, señaló que las perspectivas de la economía china son positivas y que no existen motivos para seguir devaluando al yuan. "Si se produce una guerra de divisas, solo serviría para hacer daño a China…La continua devaluación del yuan definitivamente no ayuda a que la moneda se internacionalice. No es nuestra estrategia preferida". La creación de más de 7 millones de empleos urbanos y una tasa de desempleo que se mantuvo en el 5,1% durante el primer semestre del año demuestran, según el primer ministro chino, que la economía se encuentra en una "senda razonable". En plena crisis de confianza hacia su economía y de cierto recelo ante los últimos datos de crecimiento publicados, el Gobierno anunciaba ayer que cambia la metodología de medición del PIB a partir del 19 de octubre, día en que se hará pública la cifra del tercer trimestre. Adapta sus métodos al standard del FMI, por lo que dejará de ofrecer cifras acumuladas anuales de este indicador para centrarlas más en las tendencias a corto plazo, publicando sólo cambios trimestrales, en línea con lo que hacen las principales economías del mundo.