Aunque los mercados norteamericanos han vuelto a la actividad, la atención sigue estando muy presente en los indicadores económicos de países asiáticos. En la madrugada de ayer se publicó la revisión final del PIB de Japón del 2º trimestre y que muestra una contracción intertrimestral menor de lo inicialmente publicado, un -0,3% frente al -0,4% intertrimestral publicado inicialmente. En cuanto a China tanto los datos de demanda interna como externa del mes de agosto confirmaron la ralentización de la economía. Las exportaciones descendieron por segundo mes consecutivo, disminuyendo un 5,5% en tasa interanual, mientras que las importaciones descendieron un 13,8% con respecto a agosto de 2014. Las importaciones de mineral de hierro cayeron el mes pasado un 14% con respecto a julio como consecuencia de la menor demanda por parte de las empresas siderúrgicas chinas. Estos datos ponen de manifiesto la menor demanda global en los últimos meses, aumentando las preocupaciones sobre la capacidad de China de reorientar su economía hacia un crecimiento de la demanda interna. El mes de septiembre va a ser clave para determinar si la debilidad económica va a continuar en los próximos meses, o si por el contrario las medidas ya adoptadas por las autoridades, entre ellas la de devaluar el yuan, están sirviendo para mejorar la actividad económica y la confianza en los mercado, y con este objetivo, no se descarta que las autoridades sigan adoptando nuevas medidas en el corto plazo.