La declaración, repetitiva por demás, tanto de María Isabel Rodríguez como de Raúl Isaías Baduel, ambos –hasta hace muy poco- leales seguidores del teniente coronel, pone a muchos analistas y a ciudadanos del común muy dudosos
La ex esposa del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, declaró este jueves que es difícil que el mandatario admita una posible derrota en el referendo del próximo domingo. "De cómo va a reaccionar (Chávez), no soy pitonisa, no puedo saberlo. Lo que estoy segura es que le va a costar aceptar una derrota", manifestó la mujer.
Acerca de la pureza de las votaciones para el referendo, señaló que tendrá la transparencia que los venezolanos quieran que tengan. "Mientras más personas ejerzamos nuestro derecho al sufragio mejor, porque la abstención es la mejor amiga de los fraudes", expresó. Esto hace dudar a muchos. Esa declaración, repetitiva por demás, tanto de María Isabel Rodríguez como de Raúl Isaías Baduel (Ex ministro de la Defensa), ambos –hasta hace muy poco- leales seguidores del teniente coronel, pone a muchos analistas y a ciudadanos del común muy dudosos, ya que es usual en los fraudes que se le han endilgado al régimen, que requieran de masa de votantes para poder reflejar millones de sufragios, siempre a su favor. Cuando el pueblo no acude, como el caso de las elecciones legislativas del 2005, se vieron forzados a admitir que la Asamblea Nacional, se eligió con poco menos de dos millones de votos, porcentaje bajísimo que la hace cuestionable.
María Isabel Rodríguez continúo su declaración advirtiendo que el hecho de que el vicepresidente Jorge Rodríguez haya sido presidente del poder electoral "dice mucho que hablar". Interesante observación, que para muchos es extemporánea, ya que Rodríguez siempre ha sido un incondicional de Chávez, y la señora Rodríguez antes de ahora no parecía percatarse de tan inconveniente hecho para la imparcialidad de quien fungía de arbitro electoral en procesos comiciales convocados por Chávez y donde a resultado ganador…
"A nuestros hermanos latinoamericanos, que estén muy pendientes de lo que pase el domingo, porque cualquier cosa que ocurra en Venezuela influirá en el continente", indicó y de allí, pasó a referirse también a la crisis diplomática entre Bogotá y Caracas, luego de que el gobernante colombiano, Álvaro Uribe, cancelara la mediación de Chávez en busca de un acuerdo para que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) libere a 45 personas secuestradas.
"Con todo respeto, el presidente Uribe no debió pedir la mediación del presidente de Venezuela ante las FARC. Ahora estamos viendo el resultado", señaló la ex esposa de Chávez, que congeló las relaciones bilaterales y calificó a Uribe de "embustero" y "peón" de Estados Unidos.
Manifestó también que nunca se "hubiera imaginado la reacción del presidente (Chávez) por haber disentido públicamente de su propuesta". "Me han mandado amenazas personales, pero yo estoy con Dios", aseguró. La ex esposa dijo que si su ex marido "es capaz de hacer esto con la madre de su hija, qué no será capaz de hacer con el presidente de Colombia".
Indicó que sus relaciones con el jefe del estado venezolano "están congeladas como las de Colombia y Venezuela". "Hay un adagio que dice que 'nunca se llega a conocer suficientemente a la gente'. Hay que ver cuánto puede llegar a cambiar el poder a la gente. En algunas personas funciona distinto a otras y en algunos es como de producto hipnótico, hay gente que sufre adicción por el poder", explicó.
Sobre la corrupción, contestó que "no se puede tapar el sol con las manos" y añadió que la gestión de Chávez, que ofreció el cambio social, "en vez de una carrera contra la pobreza se ha vuelto una carrera contra quienes piensen diferente".
Asimismo, consideró que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, "ha dicho cosas peores" de Venezuela que Uribe, pero Chávez "no congela las relaciones" con Washington y no lo hace porque necesita los dólares que les da "Estados Unidos por el petróleo".
María Isabel Rodríguez prefirió no contestar si Chávez tiene problemas psiquiátricos.