Hoy está previsto que el Parlamento griego vote si acepta o no las nuevas medidas de austeridad y el plan de privatizaciones incluidos en el acuerdo alcanzado el lunes por los líderes europeos. La aprobación Parlamentaria le permitiría a Grecia acceder a un tercer programa de rescate, pero en el seno del partido del gobierno y en el de la coalición hay divisiones. Algunos miembros se oponen al acuerdo que incluye subidas de impuestos, reformas en el sistema de pensiones y una mayor supervisión de las finanzas griegas por parte de las autoridades europeas. El ministro del Interior griego dijo que a pesar de la oposición confía en que el primer Ministro obtenga los votos necesarios para su aprobación. Mientras tanto, los plazos para Grecia se van agotando y aunque ayer hizo frente a un pago de bonos emitidos en yenes hace 20 años, conocidos como bonos samurái, por importe de 85 millones de euros, el lunes volvió a incumplir un pago de 456 millones de euros al FMI y eleva la cuantía impagada a la institución hasta los 2.000 millones de euros. Además, el próximo lunes Grecia tendrá que devolver al BCE 3.500 millones de euros y actualmente no dispone de ese dinero. En el acuerdo marco del lunes la Eurozona se comprometió a ofrecer un crédito puente para poder recibir la financiación necesaria a corto plazo, aunque para ello el Gobierno debe cumplir con la exigencia de poner en marcha las primeras reformas pactadas en el acuerdo del lunes.