El presidente de la Comisión Europea puso ayer fin a meses de diplomacia y acusaba al primer ministro y a su gabinete de jugar una partida de “póker mentiroso” con el futuro de Europa, acusándoles de traicionar sus esfuerzos por conseguir un acuerdo de deuda con la zona euro, al mismo tiempo que instaba a los griegos a votar "sí" en el referéndum del domingo. "Todo el planeta tomará un 'no' de los griegos (...) como una decisión de Grecia de separarse de la zona euro y de Europa", dijo. "Después de todos los esfuerzos que hemos hecho, después de los esfuerzos de la Comisión Europea y de las otras instituciones involucradas, me siento un poco traicionado", declaró Juncker. Aunque la situación actual es que las negociaciones entre Grecia y sus acreedores están rotas, el escenario base que domina en el mercado es que Grecia permanecerá en el euro, aunque su salida es una posibilidad real que existe. No obstante, se llegará a tal extremo cuando “la Unión Europea, desde su brazo más efectivo, que es el BCE, deje de inyectar liquidez a los bancos; eso supondría el colapso del sistema financiero y no se atenderían los gastos básicos de funcionamiento del Estado griego”. El referéndum del domingo no va a dar con la “solución final”. En el caso de una victoria del “no”, la relación entre Grecia y Europa desaparecería, la economía griega entraría en caída libre y no sería políticamente sostenible. Si gana el “si”, el gobierno griego tendría que poner en marcha un programa económico al que se ha opuesto activamente. Las elecciones anticipadas serían altamente probables.