Después del ictus que sufrió hace dos meses y que sucedió estando Carmen Lomana en la isla de Supervivientes, ha fallecido su madre. Carmen, que estaba muy unida a ella a pesar de ciertos roces del pasado, ha sentido profundamente la marcha de su progenitora.
Con semblante serio y triste pero tranquilo, Carmen se enfrenta ahora a una vida sin una madre que siempre significó muchas cosas para ella. La socialité, más activa que nunca y más en forma que muchas jovencitas de 50 años tiene ahora por delante la tarea de poner orden en su casa y solucionar las cosas, de una buena vez, con su hermano Rafa.