Si nunca han leído el blog de esta “it-girl”, no se lo pierdan. Verán cómo la estulticia puede elevarse hasta límites insospechados. Con una redacción propia de una niña de 9 años y gran cantidad de ausencia de tildes, podrá comprobar que las bobadas, venden.
Una sucesión de marcas de todo tipo conforman el escaparate de su blog. No se sabe si a cambio ha recibido una rebaja o qué. El caso es que más que contar el bautizo de su bebé, ha desvelado una cantidad de marcas. Al final no sabes si estás leyendo un blog o estás en publicidad. Todo muy absurdo.