El reino de los tripartitos inicia la segunda Transición
martes 26 de mayo de 2015, 21:10h
España ha cambiado y los que crean que es de forma provisional y que más
pronto que tarde todo volverá a ser como los años vividos desde 1977,
con dos grandes partidos turnándose en el poder como si este país del
Tercer Milenio fuera una copia del siglo XIX con los seguidores de
Cánovas y Sagasta alternándose en el poder se equivocan.
Lo que está pasando responde a un cambio bien profundo : el paso de la
sociedad industrial que representan PP y PSOE a la sociedad digital que
representan Podemos y Ciudadanos. Las redes sociales han irrumpido en el
hacer de la política y están para quedarse y convertirse en el nuevo
campo de batalla electoral. Y junto al espacio están los protagonistas:
durante estos treinta y cinco años, populares y socialistas tenían como
compañeros de viaje a los nacionalistas catalanes y vascos, que servían
para formar mayorías en el Congreso a cambio de suculentas dádivas a sus
respectivas autonomías. Se ha terminado. Ni las formaciones de Artur
Mas e Iñigo Urkullu son necesarias para gobernar desde Madrid. Ese papel
lo van a jugar Podemos y Ciudadanos. Basta con extrapolar los
resultados municipales del 25-M a unas elecciones generales para
percibirlo.
Hemos iniciado una Segunda Transición política - siempre por detrás de
la económica y financiera - y una de sus características iniciales es
que España se ha convertido en el Reino de los Tripartitos, los
gobiernos en los que de forma activa o pasiva participan tres o más
partidos. Se ha activado el mercado de las ofertas y la más audaz ha
sido la de Esperanza Aguirre: con tal de que no gobierne Manuela Carmena
está dispuesta a apoyar a Antonio Miguel Carmona como alcalde y hasta
formar un tripartido con Begoña Villacis y Ciudadanos. Podemos es la
bicha, el comunismo que vuelve sin haberse ido del todo, el enemigo
público al que hay que dejar fuera del juego democrático. Justo lo
contrario de lo que hizo la Primera Transición con el PCE de Santiago
Carrillo, y justo lo contrario de lo que se ha hecho con Bildu en
Euskadi.
Aquello de que en la democracia cabemos todos parece que se les está
olvidando a más de uno. Tal vez la clave del miedo a Pablo Iglesias y
compañía esté en que se les ve con posibilidades de llegar a La Moncloa y
con voluntad de cambiar las esclerotizadas reglas del juego. El error,
el inmenso error, estaría en dejarles enfrente del resto de formaciones,
en convertir a Podemos en el enemigo de la democracia en lugar de
concebirlo como un acicateados para que la democracia se regenere y
funcione como tal.
Se presenta difícil este primer año de la segunda Transición. Es el
tiempo que queda para las elecciones generales y para las conversaciones
que emprenderán tras los resultados los mismos protagonistas de estos
días. Habrá un después y con toda probabilidad muchas mociones de
censura y nuevos pactos de gobierno en autonomía y municipios. Mucha
tensión pero eso no es malo. De las crisis se sale con imaginación,
dialogo y esfuerzo. Es lo que tienen que hacer los políticos, para eso
se les ha elegido, no para sentarse en los consistorios y ver pasar el
tiempo hasta una nueva cita con las urnas.
Tripartitos de la izquierda, bipartitos de la derecha, hasta
cuatripartitos en algunos pueblos. Habrá mucho que pactar, muchos
controles internos, más transparencia de cara a los ciudadanos. Cambios
de actitud, cambios de comportamientos, cambios en la forma de ejercer
el liderazgo. En la economía y en las empresas ya se ha dado. Lo que se
ha quedado obsoleto para los usos y costumbres del siglo XXI es la
política del traje y el coche oficial a la puerta. Si estamos dispuestos
a quedarnos sin dinero en los bolsillos y comprar, vender y pagar desde
el teléfono móvil o la tarjeta siguiendo el ejemplo de Dinamarca, ¿ por
qué no vamos a cambiar la forma de ejercer la representación política y
el gobierno de los ciudadanos.?. Sin miedo y con esperanza se anda
mucho mejor por la vida.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
38309 | Cuquiña - 28/05/2015 @ 00:14:33 (GMT+1)
Vamos a ver espadas, sables y catanas, y eso de que la segunda transición la vaya a pilotar la sra. Carmena, la que dijo en La Tuerka que en la cárcel solo tenían que estar el 6% de los presos, que eso de que los boleros que traen en su estómago la droga fueran a la cárcel, que eso era algo inocente, que solo debería estar para los terroristas que matan ocho o nueve víctimas, o para los policías que matan a uno, así que hay baremos hasta para los asesinatos. Ya parece que se han parado 7.000 millones de euros de inversiones que necesitamos como el comer. Este giro a la extrema izquierda nos va a traer la ruina, otra vez andando hacia atrás. La izquierda siempre destruyendo.
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