Pactar es llegar a acuerdos e incluso ceder una autoridad, pero
pactar no es repartir. Aunque a estas horas de la noche electoral, con los escrutinios sangrando y el baile de candidatos en un hilo podríamos pensar en cualquier posibilidad abierta y en todo tipo de especulaciones a futuro.
Ciertamente era fácil intuir el final de las mayorías absolutas en Madrid y por tanto titular "Juego de Pactos". Tan fácil, como real y complicado de ejecutar en clave de gobiernos estables para la Comunidad de Madrid y los principales municipios pero quizá no era tan previsible la situación final de la durísima batalla entre los ejes PP-Ciudadanos y PSOE-Ahora Madrid/Podemos en Ayuntamiento y Comunidad.
Sabemos que de los sondeos a los hechos hay siempre un buen trecho, y que los votos reales de las urnas colocan a cada uno en su sitio. Esto ha vuelto a suceder en 2015, pero con menor riesgo ante la irrupción anunciada de Podemos y Ciudadanos como el relevo natural de IU y UPyD que se ha confirmado. Ahora falta por ver su recorrido en los próximos días, previo a las elecciones generales, y en ese llamado `Juego de Pactos´.
La batalla por Madrid entre Aguirre y Carmena, en empate técnico al inicio del escrutinio, antes con Carmena arrollando en los sondeos a pie de urna y al final, una vez escrutado el voto al 100%, situando a Aguirre un concejal arriba, deja las espadas en todo lo alto. Aguirre ciertamente podría ser alcaldesa en segunda votación y en minoría salvo que el "Juego de Pactos" tome unos derroteros no explícitos a esta hora de la madrugada. Y Cifuentes gobernar la Autonomía en minoría o sumando con Ciudadanos. Pero si los pactos funcionan y funciona el reparto, tanto Carmena como Gabilondo también podrían ser los futuros líderes municipales y autonómicos.
El PP gana en Madrid capital y gana en Madrid Comunidad de la mano de Cristina Cifuentes que aguanta el envite con más fuerza de la prevista inicialmente frente a Gabilondo. De hecho, Cifuentes sale reforzada en el Partido Popular. Pero el "efecto Carmena", al alza y sostenido, ha desdibujado casi todos los resultados incluido el "efecto Carmona" que no ha dado los frutos esperados para el PSOE y se ha ido desinflando conforme avanzaba la campaña. Los efectos no han sido por tanto solo un problema mediático, que también.
Si a esto sumamos las voladuras ¿incontroladas? de IU y UPyD que además se venían venir, porque desde dentro se ha maniobrado con evidente ´torpeza política` y no precisamente por los máximos responsables madrileños, podemos certificar un fin de ciclo que solo podrá sustanciarse en el incipiente Juego de Pactos que ahora comienza.