La columna de Gema Lendoiro: ¿Por qué lo está haciendo bien Letizia?
jueves 21 de mayo de 2015, 10:11h
A mí no me gustaba Letizia cuando
era Princesa de Asturias. La veía tensa, impostada, sin encontrar su hueco. La
notaba permanentemente cabreada y de ella salía un halo que no me convencía.
Sin embargo desde que es la Reina Letizia no deja de sorprenderme para bien.
Para una persona republicana como
yo, que considera la monarquía una institución injusta porque los cargos de la
jefatura del Estado se heredan y cuentan con unas prebendas que el resto no
tenemos, era difícil que me gustara. Pero en menos de un año a mí,
personalmente, me está convenciendo.
¿Por qué? Por razones varias.
Pero aquí enumero las que más relevantes me parecen.
-Aporta a la Monarquía un halo de profesionalidad. Cierto es que su
antecesora, la Reina Sofía, era también una profesional. Pero cierto es que lo
llevaba en la sangre y en su rígida educación. Letizia se incorporó de adulta y
está haciendo un papel impecable. Su manera de ser ayuda: es curiosa, le gusta
prepararse los temas y es profundamente culta. Dudo que haya otras reina en el
mundo de su edad que sepan tanto de lo que concierne a su trabajo. No me
imagino a Mary Donalson hablando de política internacional con el presidente de
Turquía. A Letizia, sí. Claro que en el pecado lleva la penitencia. Una reina
no debería opinar de política. Otra de las razones por las que no me gusta la
monarquía.
-Es austera. No solamente en lo que gasta. Que ya sabemos que tiene
una partida presupuestaria que es pública y si es o no criticable, las críticas
deberían ser hacia los diputados que son quienes las deciden aprobando los
presupuestos generales del Estado. Es por la imagen que ofrece, siempre
sencilla y correcta. No es doña estridencias como Máxima de Holanda (a la que
se le perdona porque siempre se descojona) Va siempre impecable. Y las
transformaciones han sido muy lentas. La Letizia de ahora nada tiene que ver
con la rancia del principio donde, debido a la inseguridad, no se atrevía a
romper moldes.
-Es resistente. Como decía Cela, en este país el que resiste gana.
No creo que exista una persona, después del presidente del gobierno, más
criticada que Letizia. Y las críticas, además, suelen ir hacia su físico, forma
de vestir...No ha debido de ser fácil para ella y me la imagino hundida en más de
una ocasión.
-Está educando a sus hijas de maravilla. Si para el resto de las
mortales educar a nuestros hijos no es tarea sencilla, para Letizia no debe de
ser fácil. Tiene la tarea de educar a la que un día será Reina de España. A diferencia
de lo que doña Sofía hizo con Don Felipe (mimarlo) Letizia vislumbra un fuerte
carácter que aplica con sus hijas: cariñosa pero firme. El día de la coronación
de sus padres pudimos ver que tanto la princesa de Asturias como la infanta
Sofía están perfectamente aleccionadas.
-Sabe quiénes son sus hijas pero procura darles una vida normal lejos
de las cámaras. No se le olvida a la Reina quiénes son sus hijas pero ante
todo está su visión de madre. Quiere darles a sus hijas una vida lo más normal
posible. Por ello las despierta, desayuna con ellas y si no tiene actos, las
lleva al cole. Incluso las recoge. Como cualquier madre trabajadora. Pero
además, las expone a los medios lo justo. Una actitud que muchos critican y que
yo, particularmente, le alabo profundamente. Son niñas. Hasta hace poco muy
pequeñas. Y a pesar del futuro que le espera a la mayor, sus padres hacen bien
en protegerlas de tanta exposición mediática. Les queda toda la vida por
delante para ello. Su postura pedagógica revela que la Reina considera que la
estabilidad emocional de sus hijas es lo que más importa. Un diez como madre y
no sé cómo reina.
-Se siente profundamente orgullosa de su familia y lo demuestra. El
amor de Letizia a sus abuelos ya lo vimos mientras fue princesa de Asturias.
Ahora sólo le queda su abuela paterna y su abuelo materno. En cualquier acto
público siempre la hemos visto arropándoles para que se sintieran a gusto. En
la comunión de su hija, repitió. Y no sólo eso, sino que también lo hizo con la
mujer de su padre, Ana Togores que compartió espacio con Paloma Rocasolano sin
ningún drama. Vamos que, a pesar de los pesares, los Ortiz Rocasolano son una
familia bastante bien avenida. Mucho más que los Borbón Grecia, desde luego.
Y, por supuesto comete y cometerá
sus errores pero de momento es intachable sus años dentro de Zarzuela. Mucho
más que su cuñada la infanta Cristina, por ejemplo. Ya ven, a veces la nobleza
no viene dada por apellidos si no por educación. Así que un aplauso para Paloma
Rocasolano que es quién se dedicó a educarla en primera persona y su padre, Jesús
Ortiz