Asturiano de origen, Ángel Gutiérrez fue un «niño de la guerra» que, como muchos
otros refugiados españoles de postguerra, se tuvo que afincaren la entonces
URSS. Estudió teatro y, desde muy pronto, se quedó prendado de la obra de Chéjov. En la década de los
setenta del siglo pasado regresó a su
país y, muy poco después, fundó el Teatro
de CámaraChéjov, que ha terminado siendo una víctima más de la crisis
económica, ya que echó el cierre hace unos años. Ahora, Gutiérrez vuelve a
representar al dramaturgo ruso en el Teatro Valle Inclán, del Centro Dramático
Nacional, hasta el próximo 24 de mayo.
Chejov, en 'el jardín de los cerezos' cuenta la
historia de una familia aristocrática,
de la Rusia prerrevolucionaria, que se encuentra con terribles problemas económicos que no le
permiten llevar el tren de vida al que venían acostumbrados. Sin embargo, el
afán por mantener las apariencias y, probablemente también, su orgullo le
impide ver que su vida va a cambiar drásticamente si no hacen nada por evitarlo
y, con ello, perderán también lo más hermoso de su hacienda en el campo, un
jardín lleno de cerezos, recuerdos y sombras de un pasado personal y familiar
verdaderamente glorioso.
Ángel Gutiérrez, al frente de la compañía Unir, ha
adaptado la obra, la ha dirigido, ha puesto en pie la escenografía, el
vestuario y el sonido, de modo que a él es atribuible la factura artística del
montaje, que es verdaderamente notable. Con él, 14 actores, encabezados por
Marta Belaustegui, Alicia Cabrera y Juan Ceacero, junto a José Luis Checa, Jesús del Caso, Germán Estebas, Francisco Ferrer, Jesús
Gª Salgado, Kessy Harmsen, David Izura, Cristina Martínez, Laura Martínez,
Lorena Neumann y José Rubio,trasladan
al espectador el mundo de las preocupaciones chejovianas durante tres horas de
montaje.
Pesimismo
'El jardín de los cerezos' es la obra póstuma de Chejov, muestra un pesimismo vital y está traspasada de una
inevitable angustia que provoca el paso
inexorable del tiempo. Un sonido extraño, indefinido, que deja paralizados a
todos los personajes, y que el propio
dramaturgo señala en las acotaciones del texto, es posiblemente la
representación simbólica de ese hecho. Vivimos, sí, pero no eternamente, y lo
mejor es aprovechar el tiempo porque ningún día vuelve a amanecer y lo que no se haya hecho
podrá hacerse en el siguiente, pero el anterior habrá sido un día perdido. El
mismo autor, el día de la presentación del montaje, resumió muy bien el paso
del tiempo citando a Lope de Vega: "La
vida es corta, viviendo todo falta y muriendo todo sobra".
- 'El
jardín de los cerezos', de Chejov, en el Teatro Valle Inclán (Pza.
Lavapiés, s/n.- Madrid)
- Adaptación y dirección: Ángel Gutiérrez
- Compañía: Unir
- Hasta el 24 de mayo