Dicen que
Mariano Rajoy está
cambiando su política de (in)comunicación. A los contactos reservados con
algunos periodistas y con algunos empresarios, a sus 'salidas a la calle'
previstas para los próximos mítines, ha añadido la convocatoria de un acto
multitudinario, con el que la agencia Europa Press conmemoraba sus diez años de
'desayunos políticos'. Así que Rajoy acudió al desayuno, flanqueado por muchos
de los suyos, desde la vicepresidenta, cuatro presidentes autonómicos, los
presidentes de las cámaras legislativas y siete ministros, hasta los
altos cargos del partido, comenzando por la secretaria general. Todas las
'tendencias' del PP estaban allí representadas en torno al hombre que las
unifica y que ordena y manda sobre todos.
Allí, el presidente del
Gobierno fue desgranando su oficial-optimismo, repitiendo lo bien que está
yendo la trayectoria de la economía -a lo que dedicó la mayor parte del
evento-y la escasa necesidad de reformas, especialmente constitucionales, que
tiene el país. Nada de cambios de caras, nada de sorpresas...y que nadie se
inquiete por su futuro personal: tiene la firme intención de seguir siendo
candidato ante las presidenciales de diciembre -así lo sugirió, para descartar,
tras un titubeo, que vaya a hacer coincidir las generales con las catalanas del
27 de septiembre--. Pase lo que pase el 24 de mayo, que lo que pasará será
bueno, de acuerdo con el optimismo inveterado que derrocha Don Mariano Rajoy.
"Confíen en mí, les irá
bien", dijo Rajoy a sus entusiastas interlocutores. No parece inquieto por la
proliferación de rumores sobre 'fracturas' en el PP y en el Ejecutivo, está
seguro de que el crecimiento este año será del 2'9 por ciento y de que entre el
pasado año y este se creará un millón de empleos, aunque tuvo un 'lapsus' y
fijó inicialmente esta subida en solamente medio millón. Claro, Rajoy estaba en
campaña -todos lo están ya--, pero quienes le escuchaban no necesitan tantas
promesas de bienestar futuro para aplaudirle: estaba entre los suyos.
- El blog de Fernando Jáuregui. `Cenáculos y mentideros´