La crisis, dentro y fuera del teatro, en 'Júbilo terminal', con dos interpretaciones sublimes de José Pedro Carrión y Valery Tellechea
martes 07 de abril de 2015, 19:44h
El
Umbral de la Primavera, la pequeña sala madrileña situada en el número 11 de la
calle Primavera, donde todos los sábados de abril se representa 'Júbilo
terminal', de José Pedro Carrión y Valery Tellechea no esconde, ni mucho menos,
que esa es solo una de las diecinueve salas con que hoy cuenta el barrio de
Lavapiés (incluido el otro baluarte del Centro Dramático Nacional, el Valle
Inclán). Esa paradoja es, precisamente,
el punto de llegada de un texto metateatral tan complejo como bello, tan
retorcido como directo, tan hiriente como la verdad más descarnada.
Digo
que ese es el punto de llegada de una situación, la del teatro, que,
probablemente, nunca ha tenido tantos espectadores como ahora, ni salas, ni
número de funciones... pero, al mismo tiempo, tampoco nunca antes sus gentes,
especialmente los actores, habían estado tan desarmados, tan precariamente
sostenidos por unos espectadores que, entre unas y otras cosas, pueden asistir en
grupos más que reducidos a funciones
extraordinarias, como este 'Júbilo terminal' por menos de 15 euros.
Además
de autores, sin ningún ánimo corporativo porque la autocrítica a la que someten
el arte que aman, del que viven, es
verdaderamente letal, José Pedro Carrión y Valery Tellechea rezuman verdad y pasión en cuanto dicen y cuanto
hacen en escena. De Carrión sabíamos sobradamente porque quedaron grabadas en
nuestra retina y en nuestra memoria sus soberbias interpretaciones en sus cuatro decenas de años de carrera, de algunos de los más
brillantes personajes del teatro universal. De Valery Tellechea, lo confieso,
no sabía nada, pero me ha dejado
boquiabierto, impresionado, y trastornado por esa fuerza interna que tiene y
que le hace una dignísima partenaire del premio Nacional de Teatro. Soberbia,
excelente también Valery.
En
escena, ambos representan a dos personajes que, probablemente, tengan algo de sí mismos: él, Yayo, un viejo
actor, que ya no es quien fue porque ha perdido muchas de las facultades que lo
habían encumbrado al éxito sobre el escenario. Ella, Nini, una joven actriz,
llena de vida, de ganas por llegar más lejos,
por romper con el viejo teatro. Un diálogo imposible, en principio, que acabará
dejando de serlo después de descubrir ambos que es más lo que les une que lo
que les separa, la edad y algunos puntos de vista necesariamente opuestos, pero frente a una misma pasión: el
teatro.
Borges
La
obra comienza con proyecciones de fotografías de hombres y mujeres del teatro,
que no están ya con nosotros, pero que tampoco nos han dejado porque han hecho
de él un arte mucho más grande: Valle Inclán, Jacinto Benavente, José Isbert,
José María Prada, Manuel Dicenta, Guillermo Marín, José Luis López Vázquez,
Carlos Lemos, José Bódalo, José María Rodero, Miguel Narros, Aurora Redondo,
Mary Carrillo, Agustín González,... Y es que -como dice Yayo- "el arte no se resigna a envejecer, solo
está intentando reescribir su vida desde el recuerdo". Pero, al mismo tiempo,
cuanto sucede dentro y fuera de la escena, en nuestros cerebros y en nuestros
corazones, nos transforma inevitablemente: "me di cuenta que solo soy un
juguete del ocio ajeno, cuando la mujer a la que adoraba y para la que actuaba
apasionadamente me pidió que dejara el teatro".
Podría
transcribir aquí decenas y decenas de frases que, como dardos -unas veces dulces y otras
envenenados- me han tocado el alma, pero creo que la más noble función de la
crítica es la de analizar con la
honestidad y la verdad de quien siempre llega al teatro sin prejuicios y con la
intención de dejarse empapar de palabras, de emociones y de estremecerse con la
marea de sentimientos que se ponen sobre
el escenario. De todo eso y mucho más he disfrutado en los poco más de
noventa minutos de delicioso teatro del que está lleno este 'Júbilo terminal'.
Aquí,
desde luego, puede hablarse con toda propiedad de metateatro porque hay teatro, dentro y fuera del
escenario, dentro y fuera del texto de
Carrión y Tellechea, en una materialización que han hecho posible desde
la dirección del montaje el propio José
Pedro Carrión y Jesús Castejón. Autores,
directores, actores, técnicos, público y -como no- las autoridades políticas de
cada momento condicionan, influyen, animan, hieren o matan un arte que lleva ya
subsistiendo más de dos milenios en
nuestra civilización y que han creado
personajes inolvidables: Hamlet, Timón, Shylock, Ricardo III, Lear, Segismundo o Cyrano de Bergerac.
La
crisis está fuera del teatro (¡que nos lo digan a todos los españoles!), pero
está también dentro del teatro y ni a José Pedro ni a Valery le duelen prendas
en subrayarlo con toda la crudeza de quien mejor lo quiere. Pero también saben ellos que, una y mil veces el teatro, como el ave Fénix, ha resurgido de
sus propias cenizas y que, como un hombre de letras, aunque no quisiera haber
sido dramaturgo, Jorge Luis Borges, ya
advirtió en uno de sus libros, que "nada
hay, que no haya sido y que no será". La crisis permanente del teatro es el más
seguro germen de su larga, de su eterna vida.
Extraordinario
texto, estupendo montaje e interpretación sublime del viejo y querido actor y de la sorprendente e inesperada Valery Tellechea. Una ocasión
que yo que usted no me perdería en cualquiera de los tres sábados que, por el
momento, le quedan a la función.
'Júbilo terminal', de José Pedro Carrión
y Valery Tellechea
Dirección:
José Pedro Carrión y Jesús Castejón
Intérpretes:
José Pedro Carrión (Yayo) y Valery Tellechea (Nini)
En
la sala "El Umbral de la Primavera" (C/Primavera, 11 -Lavapiés-)
Del
4 al 25 de abril, sábados a las 19h
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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