Cómo perder las elecciones del 24M
martes 31 de marzo de 2015, 17:54h
Viendo el lamentable espectáculo preelectoral que se están
marcando PP, IU, UPYD, los independentistas catalanes y si me apuran hasta
Podemos, que aquí sólo se salva el PSOE y Ciudadanos y siendo generosos, hay
que reconocer que las únicas primarias auténticas han sido las de Gran Hermano
VIP al menos en 'interés' ciudadano, audiencia televisiva y su dominio en las
redes sociales. Tongos y tonterías al margen, entre unos y otros están
sembrando tal confusión en el personal que casi han convertido el resultado del
24 de mayo en una lotería en la que probablemente sólo haya perdedores. Quizá
no venga mal una cura de humildad para todos los políticos, los viejos y los
nuevos.
Perderá, seguro, el PP, empeñado en pegarse tiros en los
pies con prácticamente los mismos candidatos de hace cuatro años y cuya campaña
parece de momento un pollo sin cabeza, lo que por una vez no es achacable a
Carlos Floriano y su equipo sino a la indefinición en que les ha mantenido
Mariano Rajoy durante más tiempo del necesario. A lo que se ha añadido una
buena dosis de pánico tras los resultados andaluces. La nota surrealista la ha
puesto una vez más Esperanza Aguirre y su examen a los candidatos a ser
candidatos en sus listas.
Perderá, seguro, Izquierda Unida a la que no va a salvar ni
Gaspar Llamazares en Asturias. Lo de Madrid no tiene nombre, literalmente. En
muchos sitios van a dejar de existir, también literalmente. Las causas son
muchas, la mayoría en clave interna, aunque actualmente pasen por Podemos,
muchos de cuyos cargos proceden precisamente de la coalición desde bastante
antes de que lo hiciera, por ejemplo, Mauricio Valiente. Lástima de un pedazo
de candidato como es Alberto Garzón, al que todo se le pone de cara con poco
tiempo para recomponer sus fuerzas o sumarse al 'enemigo'.
Perderá, seguro, UPYD cuya crisis interna le ha puesto al borde
del abismo, con Rosa Díez dispuesta a dar un paso hacia delante. Olvida la 'carismática
líder' que ya no es su rostro el único conocido, que Toni Cantó e Irene Lozano,
para bien o para mal, se lo han currado y forman parte del cartel electoral. La
presencia en los medios de ambos diputados ha sido considerablemente mayor que
la suya especialmente en el último año, lo que está multiplicando el impacto de
su dimisión y, muy probablemente, de su salida del partido como todo indica en
el, se supone, candidato de UPYD en la comunidad valenciana. El tiempo,
mientras tanto, corre y con él los plazos para formalizar las listas del 24M.
Perderán, seguro, los independentistas catalanes cuya
aventura soberanista cotiza a la baja por muchos manifiestos y hojas de ruta
que se marquen. Ciudadanos y Podemos les harán la puñeta de dejarles sin
mayoría suficiente, o eso dicen las encuestas, dejando un páramo de
gobernabilidad más que complicada.
Podemos no perderá, al menos en términos absolutos. Será el
gran ganador -premio al parecer compartido con C´s- se mire como se mire. Pasará
de cero a un mundo en un tiempo récord en cualquier democracia cercana, lo que
es un éxito. Otra cosa es que sea suficiente para sus objetivos o sus sueños,
como revelaba la cara de Teresa Rodríguez en 22M en Andalucía compungida como
si sus 15 escaños fuesen una derrota.
Dejémoslo en el tópico de la victoria pírrica porque políticamente
sí lo es y por eso ya tiene lío con 'Madrid', que Podemos también ya tiene su 'Madrid'
como un PP o PSOE cualquiera. Los de Pablo Iglesias sí han extrapolado los
datos de las elecciones y se han encendido las alarmas. ¿No dijo Pablo Iglesias
que ya eran el principal partido de la oposición? Pues de momento va a ser que
no.