Nuestro Señor don Quijote
domingo 22 de marzo de 2015, 13:23h
Ahora que andan removiendo sus huesos, y su nombre una vez más está
en labios de muchos que jamás lo han leído, cabría decir que el mejor
homenaje que se le puede hacer a Cervantes es leer el Quijote. Leer
también el resto de sus obras. Y por supuesto olvidar todo lo que se ha
dicho sobre él, basado en la proyección de un personaje, que como dice
Nabokov, se va alejando poco a poco de su libro hasta tener vida propia,
y al final pasar del libro a la realidad, como si hubiese un proceso de
llenar de carne la ficción. Ese personaje, protagonista de uno de los
libros más crueles que jamás se han escrito, andurreaba por estas
tierras siendo torturado por gente de alta y baja estofa, y ridiculizado
en sus sueños por los que viven apegados a la realidad diaria. Por esta
razón el gran Unamuno lo llamaba Nuestro Señor don Quijote, y lo
comparaba a Cristo en cuanto portador de un ideal, y receptor de un
martirio producido por el mundo, que se beneficia de sus sueños pero no
cree en ellos.
El gran Cervantes, para muchos, creó con el Quijote
la novela europea. Y muchos grandes novelistas, Flaubert, Dostoievski,
Tolstoi...reproducen sus esquemas en sus propias obras, aunque ha habido
otros que han visto profundas carencias técnicas y grandes errores en la
confección del libro. Como Borges o Umbral, entre muchos, o Navokov,
quien después de no considerar en inteligencia e imaginación a Cervantes
del nivel de Shakespeare, dice que la ficción del quijote es deficiente
"con esas ventas absurdas llenas de personajes trasnochados de los
libros de cuentos italianos y esos montes absurdos infestados de
poetastros dolientes de amor y disfrazados de pastores de la Arcadia. El
cuadro que Cervantes pinta del país viene a ser tan representativo y
típico de la España del siglo XVII como Santa Claus es representativo y
típico del Polo Norte en el siglo XX. No sólo eso, sino que Cervantes
parece tener un conocimiento de España tan escaso como el que tenía
Gogol de la Rusia central".
Sin embargo, el mismo Navokov ha de
quitarse el sombrero ante la gran capacidad de Cervantes de convertir la
ficción en realidad, al punto de que hoy en día don Quijote representa
lo que de bueno, noble y generoso hay en el ser humano. Y Harold Bloom
no está de acuerdo con Navokov, pues dice que todos los buenos
escritores o son cervantino o son shakesperianos, y compara en
complejidad y literatura a don Quijote con Hamlet. En fin, la verdad es
que de Cervantes y don Quijote se habla mucho, es utilizado como
metáfora o como advertencia, pero la novela es poco leída. Rindamos pues
homenaje al autor favoreciendo su lectura. Y que sus huesos descansen
en paz.