La temperatura ha subido varios grados en el segundo y último debate a
tres entre Díaz, Moreno y Maíllo. La socialista ha llevado la contienda a
un punto bronco, con reiteradas interrupciones al candidato 'popular'.
Díaz ha exagerado su estilo personalista y ha sobreactuado cual O'Hara
en 'Lo que el viento se llevó'. Moreno, ha estado más cómodo que en el
primer debate y ha tardado en enseñar los colmillos. Maíllo también
mejora, pero ha hecho lo que ha podido en mitad del fuego cruzado.
Susana Díaz ha llevado demasiado lejos el papel de
Susana Díaz. Impostada y sobreactuada, ha procurado desquiciar al
candidato del PP con constantes interrupciones justo cuando arrancaba
sus alocuciones. Casi siempre, con acusaciones de faltar a la verdad.
Como el central que va a la pierna cuando el rival se dispone a jugarla.
La presidenta y candidata ha intentado transmitir autoridad y firmeza
por todos los medios.
Ella y los 9 millones de
andaluces. Ése ha sido el binomio utilizado por la trianera, que ha
dejado de lado cualquier atisbo institucional para mostrarse mandona y
autoritaria. Incluso en las dos o tres ocasiones en que la moderadora,
María Casado, ha tratado de reconvenirla, se ha revuelto. "Esto es un
debate y no la sucesión de tres monólogos. Compúteme el tiempo, pero,
cuando el señor Moreno mienta, tendré que corregirlo", ha asegurado.
Díaz
ha puesto toda la carne en el asador para distanciarse de la corrupción
que ha azotado a los gobiernos socialistas con casos como los ERE o
Edu, el de los cursos de formación. "Mi padre mi dijo cuando entré en
política que nadie me haga agachar la cabeza por la calle por algo que
yo hiciera", "mi comportamiento es nuevo y distinto", "no le permito que
dude de mi decencia y honestidad" son algunas de las afirmaciones
rotundas que ha hecho la candidata.
Juanma Moreno
Muy
superior el malagueño al debate de hace siete días. Aún así, ha tardado
de entrar en juego por las rápidas intervenciones de Susana Díaz. De
nuevo, ha tirado de cifras para tratar de dibujar a una presidenta que
no sabe gestionar. Su estilo más directo que hace siete días ha superado
ese papel de 'alternativa tranquila' que se quedaba demasiado atonal.
Moreno
ha intentado acaparar titulares ofreciendo desaforar a los 109
diputados andaluces. La propuesta no le ha quedado natural porque no es
un debate que el PP tenga abierto en el ámbito estatal.
Además,
le ha afeado permanentemente en cara a la presidenta los más de 5.000
millones de euros perdidos en esta legislatura entre fondos que ha
habido que devolver por no gastarse y los 3.000 millones en los que
queda tasada la corrupción andaluza.
Otra
constante en su discurso ha sido la alusión a los empleados de la
sanidad y la educación, que han padecido numerosos recortes (los
sanitarios, con un 75% de la jornada en muchos casos).
Ha
tratado de hacer mella en la candidata acusándola de "soberbia", de "no
escucharse nada más que a sí misma" y de "personalista".
Antonio Maíllo
Ha
subido enteros el cordobés también en relación al primer encuentro. Ha
adoptado un tono de nuevo tendente al profesor de instituto que es y ha
reconvenido a los adversarios en varias ocasiones. Para tomar distancia,
ha recordado que, con IU en la Junta, no ha habido ningún caso de
corrupción y ha sacado pecho de las políticas realizadas por la
coalición en el Gobierno andaluz. En este sentido, ha presumido de
multar con 23 millones de euros a los bancos por tener viviendas vacías y
de haber evitado 6.000 desahucios. Ha tenido fuerza al equiparar
derechos sociales a derechos humanos, en un campo en el que tanto PP
como PSOE están bastante desgastados.
También
ha aludido al paradigma de Julio Anguita como ejemplo de político que no
utiliza las 'puertas giratorias' y ha aprovechado para anunciar que él
mismo volverá a la docencia tras su ejercicio político. Precisamente, la
figura de Anguita va a ser rescatada tras 15 años para un mitin de IU.
Decorado, formato e indumentarias
Ha
sido la actitud de los candidatos la que ha subido la temperatura de un
debate que, por lo demás, se vislumbraba muy similar al de la semana
anterior. De nuevo, atriles en disposición prácticamente semicircular y,
de nuevo, Maíllo en medio.
La sensación de
'deja vu' inicial creía al ver que los candidatos habían variado muy
poco el atuendo. El de IU otra vez con traje y sin corbata. Moreno, en
otro guiño a la bandera andaluza, con corbata verde (con puntos esta
vez) y camisa blanca. Díaz también ha repetido con el rojo, pero en esta
ocasión el maquillaje era más discreto y no se dejaba entrever su
embarazo.
Las promesas de empleo de Rajoy
Maíllo
y Díaz han coincidido en criticar que el presidente Rajoy haya bajado a
Andalucía a prometer la creación de un millón de empleos. Le han
recordado a Moreno los tres millones anunciados en la campaña de las
últimas Generales. "Usted es la presidenta del paro", es la respuesta
que le ha dado el candidato 'popular'. "Que usted hable de desempleo y
no se sonroje es para que me ponga serio. Usted sabrá", ha incidido.
El discurso del miedo
En
varios momentos, la presidenta (que lo es por más que el candidato del
PP haya intentado dejarla en candidata rasa) se ha erigido en defensora
de los andaluces. Ante la insistencia de Maíllo por recordarle que IU ha
sido desalojada de la Junta, Díaz le ha contestado: "Usted quería que
4.000 militantes de IU decidieran el futuro de 9 millones de andaluces. Y
yo me puse al lado de los 9 millones de andaluces". En varios momentos
más, Díaz ha mostrado su aparente enfado por los ataques a la región.
"Cuidado con denigrar el nombre de Andalucía", ha señalado.
Además,
no ha dudado en recuperar el discurso del miedo sobre la derecha en
varias ocasiones. Ante esto, Moreno ha utilizado también en un par de
ocasiones el símil con Chaves y con Griñán. "Recurre al mismo
argumentario de siempre, señora Díaz. Parece que estemos en un mitin en
los años 80. Ya no cuela el discurso del miedo", ha contrarrestado.
Propuestas económicas y fiscales
En
el aspecto propositivo, la presidenta ha anunciado la bajada del IRPF
en su tramo autonómico entre el 2 y el 3,5%. El PP coincide en bajar 2
puntos este impuesto y ha insistido en la eliminación del de sucesiones.
Izquierda Unida ha abogado por que fluya el crédito gracias a una banca
pública y por que ninguna empresa condenada por corrupción pueda
concurrir a un concurso público. El candidato izquierdista también ha
puesto el foco en la necesidad de acabar con la cultura de los
sobrecostes en la obra pública.
Corrupción
Ninguna
sorpresa en este punto, salvo el reiterado mensaje de decencia que ha
querido resaltar sobre sí misma la candidata. Por lo demás, cruces de
acusaciones entre los dos grandes y críticas de IU al bipartidismo.
IU
y PP han coincidido en pedirle explicaciones a Díaz sobre que no haya
tomado ninguna medida contra los imputados expresidentes Chaves y
Griñán.
Políticas sociales
Nadie
se ha movido un milímetro de lo esperado en este punto. El PP ha
cargado contra los recortes y los despidos y el PSOE, contra la política
de Rajoy contra Andalucía. Díaz ha señalado directamente a Moreno como
secretario de Estado de Ana Mato en el momento de los recortes llevados a
cabo en dependencia.