Duelo de monólogos a mayor gloria del bipartidismo moribundo
lunes 16 de marzo de 2015, 23:27h
La campaña andaluza cobra carácter nacional. Dudo que el
debate electoral "a 3" en RTVE sea líder de audiencia pese al entusiasmo de
María Casado, pero algo es algo porque lo importante para los interesados es el
mensaje que se manda al resto de España desde Andalucía: esto es cosa de dos,
PP y PSOE, con el permiso de la maltrecha IU, que se la juega en la única
comunidad autónoma donde aún conserva cierta relevancia y pueda servir de freno
a Podemos.
Dudosa es precisamente la utilidad de un debate tan
encorsetado -por fuerza legal- para elegir a sus protagonistas, porque si bien
es cierto que "a siete" el debate sería inmanejable, es absurdo que no puedan
participar Podemos ni Ciudadanos. El sentido común debería estar por encima de
las normas si se quiere evitar que el personal cambie de canal espantado por el
concurso de monólogos al que hemos asistido esta noche.
A los cinco minutos queda claro que es imposible enterarse
de quién dice qué, sobre todo cuando salvo la candidata socialista los
protagonistas no son rostros conocidos fuera de Andalucía y hablan a una velocidad endiablada para
encajar sus respectivos mensajes en el puñetero cronómetro. Para colmo, la mayoría
de las réplicas son mirando a cámara en lugar de a su destinatario real, como
si los espectadores tuvieran la culpa.
Al final, bajo el rumor del coro, uno se queda pensando
quién peinó a Susana Díaz y quién eligió la corbata de Juan Manuel Moreno,
probablemente sus peores enemigos... Todo un poema frente a un discreto Antonio Maíllo
que estuvo atinado al describirlos como un remedo del dúo Pimpinela. Los
ensayados parlamentos de la socialista echándole sentimiento rivalizaron con la
pose del popular con un ejemplar del ABC en la mano cuando llegó el turno de
tirarse a la crisma los trastos de la corrupción.
El de IU, pese a los años de gobierno en coalición con el
PSOE, intentó hacer como que eso de la corrupción no tiene nada que ver con
ellos. Maíllo consiguió así que Susana Díaz se enfadara y le saliera su vena
agresiva y un tanto faltona. Fue el momento de llamar "payasete" a Monago y
pasar la pelota a Juanma Moreno, demasiado educado para ponerse al mismo nivel.
Desgraciadamente ya apenas quedaba tiempo. Tema agotado. Capítulo siguiente,
Sanidad y Servicios Sociales. Nueva ronda de monólogos...
Lo mejor, y eso sin duda, la moderadora.