Un muerto muy vivo, un título de película para una auténtica
historia de terror: el acoso y derribo de Ignacio González, resucitado en la
tarde del miércoles por su amiga y ex jefa Esperanza Aguirre, "la presidenta
del PP de Madrid", enfatizaba Antonio Jiménez en 13TV. Un asunto de "interés
nacional", dijo el director de El Cascabel para justificar por qué le dedicaba
el barómetro de la audiencia. "¿Apoya a Ignacio González como candidato a la
presidencia de la Comunidad de Madrid?".
El resultado, aunque no abrumador, se inclinó por el sí, en
claro contraste con la opinión casi unánime de los tertulianos desde que el
lunes se abrió la veda. Hasta que habló
Esperanza, claro. En favor de
González
también juega el extraño papel del comisario
Villarejo, cuya versión abre tantas
dudas como la del presidente madrileño.
En La Noche de 24H,
Sergio Martín arrancó su tertulia con la
alta política -o sea, la minicumbre
europea que ha organizado hoy
Rajoy en La Moncloa- antes de hincarle el diente
a las tribulaciones de Ignacio González. Una cita cuyo objetivo tiene una
enorme trascendencia para el sector energético y para la economía en general
pese a que la rueda de prensa posterior girase en su mayor parte, se quejaron
los contertulios, en torno a las acusaciones de
Tsipras a España y Portugal. El
acuerdo es, dijeron, un impulso muy importante para que España ocupe un sitio "estratégico"
en el equilibrio de poder en Europa.
Llegado el turno del avispero madrileño, el presunto apoyo
no sólo de Aguirre, sino de
Cristina Cifuentes y
María Dolores de Cospedal
parece que no termina de convencer. Lo único evidente es "el nivel de histeria
en el PP", señaló
Fernando Jáuregui. Tanto él como sus compañeros de mesa
prácticamente dieron por finiquitado a González.
Esther Esteban cree que el apoyo de Esperanza Aguirre es
lógico, mientras que el de Cifuentes es más una queja por la "agonía" a que
están siendo sometidos los aspirantes como ella y el de la secretaria general, demasiado tibio.
Tanto ellos como
Carmelo Encinas pusieron sus apuestas sobre
la mesa, fruto, insistieron, de su intuición, "porque aquí nadie sabe nada
salvo Rajoy".
Soraya Sáenz de Santamaría,
Pablo Casado y Cristina Cifuentes
forman parte de una quiniela en la que ni siquiera Esperanza Aguirre tiene el
fijo asegurado.
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