¿Informó González a su jefa Esperanza Aguirre de la reunión con los policías?
martes 03 de marzo de 2015, 22:08h
El silencio de Esperanza Aguirre es revelador del alambre
sobre el que camina Ignacio González, su vicepresidente en los tiempos de la
visita a La Mallorquina junto a dos comisarios de Policía. Una circunstancia
que abre otro interrogante: ¿informó a su jefa de la reunión? ¿Y de que se
había sentido chantajeado? Seguramente, no, pero a estas alturas carece de
importancia.
De momento, la ex presidenta hace mutis por el foro como el
resto del partido -y del Gobierno-, aunque nadie se atreve aún a sacarle definitivamente
de la carrera electoral, lo que da idea del carajal que ha montado Mariano
Rajoy en sus huestes madrileñas. Desde luego, lo del 'paso atrás' sería lo más
lógico porque se mire como se mire Ignacio González sale mal parado. Hay mucho
más que "ruido mediático".
Intrigas. Eso es lo que está provocando la demora en elegir
candidato, según Ignacio González. Una estrategia que se reveló acertada a la
espera de que el PSOE moviera pieza, pero que en estos momentos está pudriendo
el patio con filtraciones periodísticas cuya procedencia y objetivos nadie duda
cuáles son.
Aguirre, Lucía Figar, Cristina Cifuentes, Pablo Casado,
Soraya Sáenz de Santamaría, el propio González... Los emparejamientos para
Ayuntamiento y Comunidad prueban todas las combinaciones posibles, en la seguridad
de que al final, Rajoy hará lo imprevisible en un hombre que presume de
previsible. Todas tienen sentido y muchas pegas para frenar por un lado a Ángel
Gabilondo y Antonio Miguel Carmona, dos veteranos, y por otro, a los jóvenes
rostros de Ciudadanos.
Rajoy tiene hasta mediados de abril si quiere que la
margarita siga creciendo, quizá espera más 'acontecimientos', sólo él lo sabe,
pero mientras la herida interna crece y no sólo en Madrid. Valencia es otro
hervidero de rumores y sobresaltos como el del número 2 de Rita Barberá, sin
contarla a ella misma. Alberto Fabra, por su parte, intenta no salir en la foto
y se nota. Toda precaución es poca en el PP.