Cara a cara en la nuestra
miércoles 25 de febrero de 2015, 08:09h
Siempre he estado
convencido de que uno de los grandes errores que cometió Javier
Arenas en la campaña electoral para los comicios andaluces de 2012 fue
el de no acudir al debate cara a cara con Pepe Griñán en Canal
Sur. Sus entonces consejeros aulicos le advirtieron que, dado el cariz que
mostraban las encuestas de una clara victoria por mayoría absoluta del PP, un
debate en un medio "hostil" como es la RTVA podría perjudicarle en
sus aspiraciones a alcanzar la Presidencia de la Junta, Y esa ausencia, esa
silla vacía, jugó en su contra gracias a la campaña que el PSOE y sus voceros
mediáticos propagaron. Fue una gran oportunidad perdida en la que Arenas tenía
en sus manos todas las bazas de la corrupción de los EREs fraudulentos para
destrozar lo poco que quedaba de su rival político, Claro que algún listillo
con mando en plaza se pasó de rosca aconsejando que el escándalo de los EREs no
daba más de sí y que la gente estaba harta de tanto debate sobre corrupción. El
tiempo, que todo lo pone en su lugar, ha dejado claro que lo de los EREs no
sólo no estaba agotado sino que, gracias a la concienzuda investigación de la
juez Mercedes Alaya, iba a acabar dos años después empitonando al
mismísimo Griñán, obligándole a dimitir e imputándolo a él y a su
antecesor en el cargo, Manuel Chaves, así como a una decena de
consejeros...Y, pese a ello, los valiosos asesores arriolistas de Arenas, esos
que se columpiaron con las encuestas y los sondeos previos, decían que el tema
de los EREs no tenía más recorrido. No te joden los profetas.
Ahora, tres años más tarde, vuelve la polémica
sobre los debates televisivos y, qué curioso, ahora es Susana
Díaz quien se niega a acudir a esa su casa que ellos con toda
propiedad llaman "la nuestra" a discutir ante los telespectadores
andaluces de Canal Sur su programa de gobierno con el candidato del PP-A, Juanma
Moreno. Uno entiende que Izquierda Unida, todavía con representantes en la
Cámara andaluza, quiera estar presente en esos debates, incluso que el PA, UPyD
y hasta Podemos y Ciudadanos pidan un sillón en el estudio para que el personal
le ponga cara a sus candidatos, pero seamos serios, si un cara a cara entre los
dos principales candidatos no va a tener un share superior al diez por ciento y
va a estar bastante lejos del Gran Hermano VIP, ya me dirán la audiencia que
conseguiría un debate a cinco con unos y otros en plan gallinero. Menos que los
documentales de la 2.
Uno no es que sea un voraz consumidor de debates
políticos electorales, a mí como a la gran mayoría de los espectadores, me
aburren una hartá y prefiero emplear mi valioso tiempo, por lo escaso que es
cada vez, en menesteres menos pesados y tediosos, pero no cabe duda de que los
medios de comunicación están empeñados en analizar cada uno de los momentos
claves de esas intervenciones para arrimar después cada uno su ascua a su
sardina pontificando que el debate lo ha ganado Susana o Juanma por un amplio
margen, Todo mentira, todo un cuento que no engaña a nadie. Me da la impresión
de que la mayoría del electorado andaluz tiene ya bastante decidido su voto y
que, a excepción hecha de algunos indecisos, el bluff Susana se va a hacer con
una escasa mayoría que no le va a servir, ni tan siquiera para catapultarse
hacia Madrid. En buena lógico aquí lo que nos queda es un gobierno en minoría
con apoyos puntuales de unos u otros o, Dios no coja confesados, un pacto de
gobierno a cara de perro entre las dos candidatas de la izquierda, entre Susana
y Teresa, entre el PSOE y Podemos. Porque la lógica del pacto entre los dos
partidos mayoritarios, PSOE y PP, está descartada. Como decía El Guerra, lo que
no puede ser no puede ser, y además es imposibles.