Inspirado en la propaganda
martes 17 de febrero de 2015, 11:24h
Copenhague es el último escenario de un ataque terrorista con
dos víctimas mortales, varios heridos de diversa consideración y el asesino
abatido por la Policía. No es necesario insistir en que nadie está a salvo de
esta barbarie deleznable que ha puesto en marcha un grupo de criminales y
narcotraficantes que utiliza la propaganda y la violencia en sus peores grados
imaginables como la decapitación o la quema de un ser humano vivo, para sembrar
el terror y adueñarse del poder y el control de una rica zona petrolífera en
Irak y en Siria. Un portavoz de los Servicios de Inteligencia daneses no ha
tenido inconveniente en llamar a las cosas por su nombre: "las acciones de este
terrorista están inspiradas por la propaganda del grupo terrorista DAESH y son
una imitación de las perpetradas en París contra la revista Charlie Hebdo y el
supermercado judío".
El joven terrorista
danés de 22 años, procedente de la delincuencia común, ametralló un café
cultural donde se celebraba una jornada de reflexión y debate sobre las
caricaturas y la libertad de expresión y después buscó una sinagoga para
culminar su demencia terrorista. Una vez más, los hechos nos colocan ante la
responsabilidad que tenemos todos, incluidas las fuentes oficiales y, por
supuesto, los medios de comunicación, de abordar este delicado y grave problema
con las imágenes y el vocabulario más adecuados. Cuidar el lenguaje para que no sirva a los
intereses propagandísticos de los terroristas que buscan causar la mayor y más
profunda impresión de miedo y terror en personas de cualquier ciudad del mundo
por su capacidad de acción con estos jóvenes captados en su mayoría a través de
internet, precisamente utilizando la
forma errónea de comunicar de algunos medios occidentales. Inspiración en la
propaganda e imitación de otros terroristas, son las claves del nuevo caso que
tanta preocupación e, incluso, ansiedad puede crear en muchos europeos, por ser el viejo continente el lugar elegido para los
últimos asesinatos.
Por eso no hay que difundir las imágenes de los vídeos
terroristas realizados con técnicas excelentes para sus intereses, ni mucho
menos las de un terrorista rematando en el suelo a un policía musulmán francés,
ni llamarles como ellos quieren (Estado Islámico), ni crear leyendas con
apelativos llamativos como lobos solitarios. Nada de eso, no actúan solos, son
hábilmente adoctrinados y dirigidos por internet. Sin dar lecciones a nadie,
todos debemos aprender y aplicar la lección de la comunicación para luchar
contra el terrorismo.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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