miércoles 11 de febrero de 2015, 14:52h
Tomas Gómez tiene toda la razón al calificar de "error", de
"enorme error", el golpe de mano de Pedro Sánchez -y de César Luena
especialmente- que quiere apartarle de la carrera por Madrid y que ha abierto
la mayor crisis del PSOE en décadas. El secretario de Organización y el
principal asesor del secretario general llevaba meses intentándolo, ni siquiera
lo ocultaba off the record ante los periodistas. "A Tomás hay que reciclarlo",
le oyó decir un servidor allá por noviembre pasado.
Por fin lo ha conseguido,pero a costa de la peor jugada política
que se recuerda. Que tras la intervención de César Luena -que hasta ha
aprovechado para humillar al portavoz parlamentario, Antonio Hernando, para
reafirmar su autoridad- Tomás Gómez
comparezca junto a Antonio Miguel Carmona, el candidato al Ayuntamiento, y un
nutrido grupo de fieles y notables declarando
la guerra a Ferraz, puede volverse en contra de Pedro Sánchez.
Y que Susana Díaz se hiciera la despistada cuando la
preguntaron esta misma mañana ya es todo indicio de que la decisión va a abrir
una brecha más allá de Madrid. Sobre todo si poco antes, en la capital afirmaban
que por supuesto ha habido "consultas" antes de dejar caer el hacha sobre la
cabeza de Tomás Gómez. Pues igual ha fallado el golpe...
Las excusas, además, provocan perplejidad, porque lo de los
problemas internos de la FSM forma parte del paisaje y desde los tiempos de
Pepe Acosta y sus secuaces ha sido la mosca cojonera de Ferraz.
En cuanto a lo del tranvía de Parla, tenemos un nuevo problema,
porque si Ferraz se cree su implicación, Carmona, el único candidato socialista
con posibilidades el 24 de mayo, ha puesto "las dos manos en el fuego" por él y
le ha dado todo su apoyo.
Obviamente, todo el mundo sabe que Tomás Gómez era el candidato
inevitable, no el mejor, y menos para
competir contra Podemos, pero era su candidato y se lo acaban de cargar, a él y
a su sucesor, si es que lo hay. Pobre Ángel Gabilondo como le engañen.
El error de Ferraz han sido las formas, pero en Democracia
las formas cuentan mucho, según repiten constantemente nuestros políticos. Hoy,
la primera batalla, aunque parezca lo contrario, la ha ganado la presunta
víctima frente a un 'aparato' que ha caído en todos los vicios del pasado.
La mejor valoración ha venido, sin embargo, de la inefable
Ana Botella: "Ahora ya estamos todos iguales", ha dicho, "ni el PP ni el PSOE
saben aún sus candidatos por Madrid".