viernes 06 de febrero de 2015, 12:01h
A
las 0:20 horas del día 25 de abril de 1974 en el programa Límite de Radio
Renascenca se emitió la preciosa canción
"Grandola Vila Morena", de José Afonso, canción prohibida por el régimen de
Portugal, como señal para dar comienzo
el movimiento revolucionario que derribaría a la dictadura de Oliveira
Salazar. Las fuerzas del ejército portugués serían las encargadas de conseguir
la libertad con el apoyo del pueblo que la cobijó y con la colocación de claveles rojos en las bocas
de los cañones de los tanques y de los fusiles de los soldados.
Pero
un escalofrío de gran inquietud corrió por las espaldas de aquella confortable
Europa que en cuarenta años solo se
había ocupado de lo suyo dejando a España y a Portugal aherrojados por sus
dictaduras. El debate social era muy intenso y el comunismo apuntó sus
puntiagudas orejas de tal forma que decidieron hacer algo en tiempos de un
Franco moribundo. Y organizaron unos cursos de formación en Berlín, muy cerca
del muro, para que palpáramos lo que era el terrible régimen totalitario de aquella
falsa izquierda igualitaria.
Y
allí fuimos, junto a democristianos españoles y catalanes, una serie de
pipiolos y no tan pipiolos del PNV como
Joseba Goikoetxea, Gorka Aguirre, Kepa Sodupe, Barandiaran, Txurruka, Sota, Pello
Irujo, Ruiz Olabuenaga, Joseba Azkarraga, Jokin Insausti y algunos más con Mikel Isasi de senior en octubre de 1975. Aquellos
cursos se completaron, dos veces más, en una casona que tenía la Fundación
Konrad Adenauer en las afueras de Colonia en 1976.
Estando
allí nos enteramos que Adolfo Suarez sustituiría a Arias Navarro y allí nos
explicaron como organizaban sus campañas electorales en libertad la CDU-CSU. Curiosamente
quien nos habló de la importancia de una oferta básica en cualquier campaña, reducida
a un lema, era el creativo alemán que había diseñado la campaña electoral de
Rafael Caldera en Venezuela. "Por el Cambio" fue su oferta movilizadora y
ganadora. Otra de las campañas, ésta al candidato Luis Herrera Campins, fue la
que aplicamos en 1979 en las primeras elecciones municipales, y nuestro
candidato Jon Castañares con su eslogan, "Castañares arregla esto" venció al
socialista José Luis Ibáñez que partía como gran favorito por sus peleas en el
pasado contra la alcaldesa bilbaína Pilar Careaga, más conocida como Pili
Bigotes. Seguramente hoy no tendríamos la brillante lista de siete alcaldes del
PNV en Bilbao si en 1979, el partido socialista nos hubiera ganado. Es muy
difícil remover a un alcalde que lo haga bien.
Y
recuerdo que nos dijo algo fundamental como primera lección: "Cuando una
gallina pone un huevo, cacarea. El político que hace cosas y los ciudadanos no
se enteran, pierde la partida". También nos dijo que en cada campaña teníamos
que tener una "cocina de veneno" para resaltar los errores del adversario y nos
mostró el afiche de un coche con la rueda pinchada. "Un coche así, no anda.
Una Alemania, con la rueda pinchada del partido socialista SPD gobernando, no
marcha". Y completando aquellas clases prácticas y aprovechando la campaña que
en aquellos momentos hacía Helmut Kohl nos llevó a un pueblo cercano a escuchar
el mitin del candidato de la CDU que vendía lo que iba a hacer y denostaba del
partido socialista que para él era como
Cristóbal Colón, "que cuando salió, no sabía dónde iba. Cuando llegó, no sabía
donde estaba. Cuando llegó, no sabía de donde venía y además todo eso lo había
hecho con el dinero de los demás".
Una
vez se lo solté en la tribuna del Congreso a Felipe González y le hizo todo
menos gracia porque la argumentación es impactante y entendible. Y de eso se
trata.
Aquel
año 76 fue el de la salida del PNV de la clandestinidad con todo por hacer. Y
con la avidez desbordante de la gente joven por conocer que ofertaba cada opción. Nosotros,
para la sopa de letras, éramos la derecha, el venerable partido que solo tenía pasado. Por eso es bueno recordar
que nuestra primera salida a la palestra fue el 13 de junio de 1976 en el
frontón Anoeta en un coloquio, "Los
Vascos cara al futuro" entre cuatro partidos no legalizados, siendo Miguel
Castells el moderador y Enrique Mugica el representante socialista.
Xabier
Arzalluz se metió en el bolsillo aquel frontón, lleno a rebosar, con la
claridad de una exposición que rompía moldes. Hablando de lo social, en ese
momento lo más movilizador, dijo:
"¿Autonomía
para qué?. Autonomía en primer lugar
para instaurar un gobierno democrático en consonancia con nuestro propio
ser. Con esa profunda raíz histórica
democrática en la que el vasco a pesar de todos los ataques interiores y
exteriores ha sabido, llegando a unos niveles tal vez únicos en muchos siglos
en Europa, crear instituciones en la que cada vasco era tanto como cualquier
otro vasco, y en las que se veía mal, y en lo posible se toleraba, que nadie
estuviera por encima de nadie. Esta raíz
igualitaria que se formuló en su día de una forma magistral, con la formulación
de la hidalguía universal de todos los vascos, ha de encontrar su expresión
histórica en el mundo moderno.
"Nuestro
pueblo hizo leyes, creó instituciones maravillosas en su tiempo, con el
criterio del hombre de la calle. El que
dice que el pueblo no sabe lo que quiere, miente. El pueblo sabe, perfectamente, donde le
aprieta el zapato. El pueblo huele
perfectamente quien va con él. El pueblo
es por lo tanto el que ha de crear esta nueva situación democrática a partir de
su propia personalidad y no a partir de teorías más o menos abstrusas que
quieren aplicar esquemas que no corren por la línea de nuestro sentir y nuestro
pensar.
"Hemos
estado evitando la palabra socialismo, porque la usaban grupos procedentes de
ideologías con las que gran parte de nuestro pueblo no estaba en
consonancia. Y sin embargo entiendo que
si algún pueblo tiene una raíz igualitaria capaz de crear una sociedad en la
que el interés común prive sobre el particular, de crear instituciones socio
económicas, ordenamientos de producción y laborales en los que se refleja
precisamente ese sentir democrático suyo, es el nuestro. Si una aportación va a poder hacer el pueblo
vasco a Europa, es enseñar su forma, salida de su propia entraña, de ordenar de
una forma colectiva y dirigida a un interés común de sus relaciones de
producción".
En
ese momento estábamos estratégicamente en el Equipo Demócrata Cristiano del
estado español con Ruiz Jiménez, Gil Robles, Canyellas y Ruiz Monrabal, porque
nos decían que teníamos que tener amigos en Madrid a la hora de hacer política,
y no como en la República, y cuando se aprobaron las ponencias y se eligieron
las nuevas autoridades internas del PNV en la Asamblea de Iruña, seis meses
después, salimos con una ponencia socio económica de avanzado pulso social que
es lo que ha impregnado nuestra forma de actuar en estos 38 años.
En
un reciente debate, el catedrático Santiago
Niño Becerra, decía que había leído el programa esbozado por "Podemos" y de
él solo salvaba dos cosas. "La renegociación de la deuda, y
la Renta de Garantía de Ingresos". Y Garbiñe Biurrun, a su lado, le apuntaba
que lo último había sido una iniciativa de EA. Pablo Iglesias y Juan Carlos
Monedero, dicen públicamente que quieren este modelo vasco, "para toda España".
La
Renta de Garantía de Ingresos (RGI), con otro nombre, fue una iniciativa puesta
a funcionar en 1989 por el consejero José Ignacio Arrieta
en el gobierno presidido por José Antonio Ardanza. A él, le pregunté sobre ello
en la gala de los premios de la Fundación Sabino Arana y me dijo: "Pues sí. Ramón
Jauregui, que era el Vicelehendakari me dijo que les pasábamos por la izquierda
y que eso no era posible asumirlo por el gobierno de Felipe González para todo
el estado". Este comentario me recordó que el entonces portavoz del PSOE, Eduardo Martín
Toval, me dijo en Madrid que para ellos
era imposible hacer aquella apuesta y que les dejábamos en mal lugar.
Quizás,
sigamos pensando que el "buen paño en arca se vende" y que no hace falta
cacarear como la gallina del creativo alemán, que tenía toda la razón porque en
el actual mercado electoral no hay nada
nuevo que no haya hecho el jelkidismo en responsabilidades de gobierno y por
tanto no debemos dejarnos influir por el ambiente que nos viene de la meseta. La
autoestima en política es fundamental.
Y
tenemos que seguir cacareando sobre todo
lo hecho en estos años y lo mucho que vamos a seguir haciendo en el inmediato
futuro. Alpargata y cacareo. Y volveremos a ganar.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
34135 | Cuquiña - 07/02/2015 @ 01:37:44 (GMT+1)
Vd. y su partido pueden estar muy poco orgullosos de lo que han hecho del País Vasco, han utilizado en su favor al Primo de Zumosol, a la banda asesina, y han conseguido dos record, tener a los peores en sus terroristas, y a los mejores, a los asesinados, a los mutilados, a los despreciados, a los acosados. Trasladar sus principios devaluados a otros no queremos. Solo estoy de acuerdo con vd. en lo preciosa que es la canción "Grandola Vila Morena". Y fíjese vd. quien quiere ese detestable modelo para toda España, este grupito que hoy nos hemos enterado que ya ejercen nepotismo, prometiendo a los técnicos de Hacienda, que si ganan les hacen Inspectores sin tener que pasar la oposición. Se junta vd. con lo peor de cada casa. Repartiendo carguetes sin tener el poder.
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