El veredicto de las tertulias: Sánchez pone a prueba su liderazgo con un pacto que no gusta a su partido
martes 03 de febrero de 2015, 00:18h
Más que el pacto contra el yihadismo, el protagonista de los
debates fue un PSOE que se resigna a haber hecho un 'papelón' ante sus
militantes -léase barones- en aras de la responsabilidad "de Estado" porque su
prioridad es combatir el "ninguneo" a que le someten PP y Podemos, como
explicaba Isabel San Sebastián en El Cascabel. Y hablando del partido de Pablo
Iglesias, un gurú de las encuestas subraya un dato tan incuestionable como
paradójico: la mayoría de sus presuntos votantes no son de extrema izquierda.
José María Crespo, en la Noche de RTVE, ponía en duda la utilidad
estratégica para los socialistas, "porque el primer beneficiado es el
presidente del Gobierno" que consigue la foto de un pacto de la relevancia del
rubricado esta tarde. Un pacto "bueno que nos hace más fuertes frente a los
violentos", explicó el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, que
participó vía telefónica.
Hernando vino a admitir el debate interno del PSOE que ha
retrasado la firma y que es una decisión casi exclusiva de Pedro Sánchez, que
se conforma a recurrir la cadena perpetua "revisable" cuando consiga gobernar a
asumir el desgaste de imagen que cree que hubiera supuesto una actitud cerrada
por parte del presunto principal partido de la oposición.
Escrito esto, lo mejor de la noche estuvo en los comentarios
del director de Operaciones de Sigma Dos, Manuel Mostaza, invitado de Antonio
Jiménez, que explicó con suma sencillez lo que dicen los números de Podemos:
aunque el partido se encasille en la extrema izquierda por la mayoría de los
encuestados, la mayoría de quienes dicen que les votarán no lo son. La apasionante
paradoja de las elecciones.
También registró el patinazo de la noche, a cuenta de otro
de los invitados, Agustín Conde, portavoz adjunto del PP, que sentenció pasándose
de frenada que "si gana Podemos, serán las últimas elecciones democráticas". Palabras
que luego intentaría matizar cuando el moderador le informó de que ya eran
carne de Twitter.