Simplemente, en la Caixa, donde este
viernes se celebró una multitudinaria rueda de prensa para presentar los
(buenos) resultados del pasado año, no se quieren contemplar eventuales
tensiones de carácter político, por mucho que afecten a la marcha de las cosas
económicas: hay que confiar en que los políticos trabajan por el bien de las
personas y en que "lo razonable siempre se acaba imponiendo". Es la 'doctrina
Fainé', es decir, la que propone e impone el hombre más influyente de Cataluña
y, desde luego, uno de los más influyentes de España.
De hecho, hay que reconocer
que los empresarios que se pronuncian -todos lo hacen en privado-en público
contra el proceso abierto por Artur Mas acaban pagándolo: es el caso del
presidente de Freixenet,
José Luis Bonet, también presidente de la Cámara
Oficial de Comercio, que reconoce que las ventas han disminuido por factores
'políticos' tanto en Cataluña como en el resto de España. O el del presidente
de la editorial Planeta,
José Manuel Lara, que ya tiene la mayor parte de su
negocio, aunque no su sede central, fuera del ámbito catalán. De hecho, otros
responsables de grandes empresas catalanas mantienen una prudencia ante los
micrófonos muy similar a la mostrada por Fainé, y se niegan a confirmar (más
bien desmienten) rumores como el que asegura que en Banco de Sabadell se
estudia una hipotética mudanza hacia Londres en el caso de que Cataluña se
declarase oficialmente independiente.
Por otro lado, Fainé se mostró
orgulloso de los
resultados cosechados por la Caixa a lo largo de
2014, y renunció a concretar sus planes para su relevo en la presidencia: "es
el Consejo el que tiene que decidir estas cosas", se zafó.
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