jueves 22 de enero de 2015, 09:30h
Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, antes nos
ocupábamos de lo nuestro e intentábamos con absurda, ignorante y egoísta
condición, que no nos tocara a nosotros. La realidad ha confirmado que la lucha
contra el terrorismo es una obligación de todos. Con la banda terrorista ETA, España estuvo muy
sola durante demasiados años. Había fronteras pero los criminales las cruzaban
a sus anchas para matar en España y dormir en Francia. Todo cambió con unas
suculentas contraprestaciones y el riesgo de contagio del problema cuando
también se empezó a matar en Francia. La colaboración antiterrorista es hoy
incuestionable entre las países europeos y entre los mediterráneos como
Marruecos, Argelia, Túnez o Turquía, sin olvidarnos de Libia, Egipto y otros
más lejanos como Yemen pero tan imprescindibles como tristemente se ha
demostrado en París.
Las voces que claman por acabar con el espacio Schengen de
libre circulación de personas para evitar que los terroristas puedan moverse
libremente por nuestras carreteras tendrían que preocuparse más de la
convivencia y la personalidad de aquellos jóvenes franceses con origen árabe y
musulmán y una personalidad débil, crisis de identidad, cierta marginación y
escaso nivel intelectual y económico, aunque éste último elemento no siempre
cuadra con las víctimas de la propaganda terrorista que caen en sus redes.
Hablo de jóvenes franceses porque son los últimos protagonistas junto con los
belgas, pero podríamos hablar de ingleses, alemanes, holandeses, españoles o de
otro país europeo. Los gobiernos plantean medidas conjuntas para luchar contra
esta amenaza. Ya era hora porque se había alertado del peligro pero hace falta
que corra sangre para que se activen algunos mecanismos políticos que prefieren
evitar desgastes electorales en año de campaña.
La idea es controlar a los ciudadanos que
viajen a zonas de conflicto, el tráfico ilegal de armas y la retirada de
contenidos ilícitos en Internet que fomenten el odio o el terrorismo. Más vale
tarde que nunca. Lo más novedoso e importante es involucrar a los propios
gobiernos de países árabes y musulmanes a que luchen sin cortapisas contra la
minoría terrorista con apoyo occidental de todo tipo, pero, sobre todo,
poniendo como prioridad que "sin desarrollo económico no habrá estabilidad
política", ha dicho el ministro español García-Margallo. Muy cierto. España se
ofrece a organizar una cumbre. Tenemos un papel importante que jugar. Hay que
actuar con mucha seriedad y ningún electoralismo.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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