El veredicto de las tertulias: Carmen Lomana explica en el Cascabel cómo invitó a Monedero a su fiesta
miércoles 14 de enero de 2015, 23:46h
Por supuesto que había temas más que serios para debatir en
las tertulias del día en que Artur Mas anunciaba elecciones en Cataluña y el
pacto "de Estado" contra el terrorismo yihadista siguió sembrando dudas entre
los analistas. Pero el morbo manda y la presencia de Carmen Lomana en el
Cascabel para contar cómo consiguió invitar a su fiesta del Día de Reyes a Juan
Carlos Monedero era demasiada tentación. "Un hombre entrañable", lo definió.
Todo un acierto de Antonio Jiménez.
Una anécdota real que ha cobrado relevancia, a medio camino
entre la noticia y el bulo, inevitable ante la condición pública de ambos
personajes. Carmen Lomana explicó que su relación con Juan Carlos Monedero, con
el que aseguro que tiene "cierta confianza y cierto trato" empezó en las redes
sociales. Ella se definió como "bastante chulita" y muy implicada en política
hasta el punto de que un día sus mensajes obtuvieron respuesta del dirigente de
Podemos.
Ante su insistencia, explicó, en debatir personalmente con
él, "me tiró el guante y quedamos". En Malasaña, "en su terreno", relató la
invitada.
Lomana confesó que sentía cierto temor por la imagen de
Monedero de "troskista malo con esas gafitas". Pero tras conocerle cambió de opinión:
"Me pareció entrañable, culto... con unas ideas muy de izquierdas, creo que
bastante utópicas..."
Una relación a través de mensajes de móvil que el Día de
Reyes acabó con Monedero en el propio domicilio de Lomana. "Le expliqué que ese
día siempre invitaba a unos amigos a roscón por la tarde y le anime a venir a
conocer a la casta", bromeó. "Me respondió que ya vería y que le diese la dirección".
Pasaron las horas, "empezaron a presentarse mis amigos y de
repente me dicen que ha llegado el señor Monedero", cuando ella daba por
supuesto que sería uno de los que no acudiría. De inmediato, la anfitriona se
ofreció a "arroparle" para que el resto de sus invitados no le asaltasen para
preguntarle por... El resto se lo pueden imaginar, una conversación intensa y
educada entre gente educada.