El PP se resigna ante un nombramiento inevitable
lunes 12 de enero de 2015, 15:40h
En el PP estaban resignados a la designación de Carlos
Floriano al frente del equipo de campaña electoral. Lo contrario hubiera
supuesto una desautorización difícil de gestionar en un partido con la
sensibilidad a flor de piel. Pero la experiencia de las Europeas ha hecho
bastante más mella de lo que dicen las encuestas de Mariano Rajoy y el 'photoshop'
de Arias Cañete está aún en la mente de muchos de los candidatos... cuando lo
haya, claro, que esa es otra.
El PP es el único partido en el que la renovación ha pasado
de largo, muy de largo. Su mayor revolución en ciernes es el posible regreso de
Esperanza Aguirre para no perder Madrid o, en el mejor de los casos, que la 'supervice'
Soraya Sáenz de Santamaría sea quien acuda al rescate.
El temor a repetir una estrategia que no funcionó pese a ser
aún la fuerza más votada preocupa especialmente a los candidatos a presidentes
autonómicos, tanto los ya designados como a los que esperan serlo, bastante
soliviantados ya con los juegos contables de Cristóbal Montoro.
Si hay unanimidad en que el PP sufre un problema de comunicación, más allá de Génova
muchos hubieran deseado que se moviera
el banquillo para refrescar el mensaje y tratar de dar la vuelta a las
encuestas, por mucho voto oculto que Arriola vea en ellas. Credibilidad, esa es
la clave, me dijo hace poco un barón popular tan leal como desesperado.
La tardanza en designar a los cabezas de lista parece formar
parte de la estrategia dilatoria de Rajoy, sabedor de que a continuación
surgirán las peleas para figurar en puestos con escaño seguro, porque si hay
algo claro es que cuando termine este año electoral, buena parte de quienes hoy
los ocupan desde el más pequeño municipio al Senado tendrán que buscarse otro
trabajo. Lo malo es que mayo está literalmente a la vuelta de la esquina y se
le agota el tiempo. El tiempo de Floriano...