'Hambre,
locura y genio', espectáculo teatral de la compañía Teatro
de la Reunión,se presenta estos días en el Off del Teatro Lara, y es la última propuesta
de Juan Carlos Corazza, uno de los maestros más reconocidos de la escena española (no en
vano Corazza ha impartido cursos en Italia, Brasil,
Argentina, Chile, Rusia y Estados Unidos, por los que han pasado muchos nombres
conocidos de la escena y la gran pantalla). El espectáculo está compuesto por
dos de las obras cortas más emblemáticas de August Strindberg, traducidas del sueco por Astrid Menasanch (actriz
y dramaturga), ahora
en versión y dirección de Corazza, que también fue maestro de la traductora: 'Débito y crédito' y 'El pelícano'.
Al escritor y dramaturgo sueco Johan
August Strindberg (1849-1912), se le considera como uno de los
escritores más importantes de Suecia y es reconocido en el mundo principalmente
por sus obras de teatro, aunque es también autor de novelas, narraciones
breves, poemas, ensayos, sátiras y otros libros sobre historia y viajes.
Pero como el Strindberg que hoy nos ocupa es el dramaturgo, hay
que poner por delante que él es, sin
duda, el renovador del teatro sueco y precursor del teatro de la crueldad y del
teatro del absurdo. Su influencia sobre el drama moderno es paralela a la del
noruego Henrik Ibsen y al ruso Antón Chéjov. Una influencia que se
dejó sentir en numerosos autores teatrales posteriores como Sean O'Casey, Eugene O'Neill, Luigi
Pirandello o Pär Fabien Lagerkvist.
Lo demuestra también el hecho de que todas -o casi todas- sus obras
de teatro -unas 70-, continúan representándose hoy en día en los
escenarios de todo el mundo.
Textos
complejos e historias muy claras
En 'Débito y crédito', una comedia dramática,Strindberg cuenta la felicidad de un joven
científico y profesor universitario (encarnado
magníficamente aquí por Rafa Castejón),
que está a punto de dar el gran salto profesional, y que se ve frustrado por la aparición en su
despacho de familiares, amantes y amigos, que acuden a él con diversas reclamaciones,
exigencias y chantajes, que amenazan su
brillante e inmediato porvenir.
La segunda de las piezas representadas es 'El pelícano', drama trágico que
protagoniza una mujer que acaba de enviudar. Debajo de las apariencias
iniciales se esconde una persona egocéntrica, avara, inmisericorde y a quien
sus hijos no le importan absolutamente nada.
Uno de ellos, el varón, descubrirá inesperadamente el contenido del
testamento de su padre, que contiene inconfesados e inconfesables secretos familiares
que van a hacer que nada siga igual para el núcleo familiar de ahí en adelante.
Los infiernos subterráneos de las relaciones personales
y familiares se reúnen, pues, en estas
dos obras que ponen de manifiesto la dificultad, cuando no la imposibilidad, de
buscar una salida satisfactoria a las
relaciones personales, sociales y familiares en la que nos envuelve muchas
veces la propia vida, y que constituyen el día a día del ser humano: el hombre
es un lobo para el hombre.
Entre los intérpretes de este'Hambre, locura y genio', he citado ya a Rafael Castejón, y al joven y, a la vez veterano actor, le acompaña un nutrido
elenco de compañeros, todos ellos conun denominadorcomún, ya
queen un momento u otro, han sido alumnos de Corazza. Son Ana
Gracia, Manuela Velasco,
Tamar Novas, Paula Soldevila, Pepe Lorente, Inés Higueras,
José Gimeno, Raúl de la Torre, Laura Díaz, Manuel Chacón y Pilar
Bergés.
Estupendas tanto la iluminación, de The Blue Stage Family, como el espacio
sonoro (a cargo de Rafa Castejón, Pepe Lorente y Tamar Novas), como el
vestuario que son fruto de la iniciativa de la compañía, aunque en este último
aspecto con la colaboración de Miriam
Jarillo.
Corazza ha sabido canalizar muy bien la complejidad de los textos y los personajes de Strindberg
al trasladarlo a los actores de ambas piezas porque, en general, todos los
actores transmiten en la interpretación de sus personajes respectivos una dosis
alta de naturalidad que ellos saben
también apoyar dando el énfasis preciso en cada frase y en cada situación.
En definitiva, un espectáculo de
Corazza, este 'Hambre, locura y genio',
que constituye una verdadera metáfora de una sociedad como la nuestra
que viene dando ejemplos constantes, en todo tiempo y lugar, de que el hombre
no es en la naturaleza, ni en los otros animales que integran la creación, en
donde encuentra a su mayor enemigo, sino en los otros hombres, en los otros
individuos de su especie porque es en ellos en donde permanentemente ve un
competidor que limita sus ambiciones, sus anhelos, sus proyectos y sus sueños.