Qué es franquista y qué no
viernes 19 de diciembre de 2014, 08:05h
En
pleno debate parlamentario, el líder socialista, Pedro Sánchez, le ha acusado a Mariano
Rajoy de hacer suya la "frase
franquista" de "la calle es mía".
La
susodicha frase, de ser cierta, pertenece a Manuel Fraga, cuando Franco
estaba ya criando malvas. Se demuestra pues, una vez más, la ignorancia de la
clase política sobre nuestro pasado reciente. ¡Y no digamos ya sobre el más
remoto...!
Resulta
que aquí se atribuye al régimen franquista hasta la famosa gripe española,
cuando algunos de sus logros -pocos, pero también los hubo- fueron puestos en
valor por la democracia española, más en concreto por el gobierno de Felipe González. Me explicaré.
El
régimen que surgió de la sublevación militar de 1936 fue una dictadura atroz,
cimentada en medio millón de muertos y otro millón de exiliados. Se practicó
una represión indiscriminada, hubo purgas políticas que llevaron a la muerte
civil de muchos compatriotas y se suprimieron los derechos humanos más elementales.
Dicho así, para resumir pronto y rápido.
Pero,
para sobrevivir 39 años, el régimen lo hizo con la demagogia primero, y con la
apertura después. Así, frente a la supresión de sindicatos, huelgas y otros
instrumentos de defensa obrera, creó las pagas extraordinarias,
institucionalizó la seguridad social y dignificó la formación profesional
mediante las universidades laborales. Al llegar la democracia, no lo suprimió
todo de un plumazo sino que, al revés, lo amplió, lo generalizó y permitió
participar en su gestión a los sindicatos de clase recién reinstaurados.
Estas
cosas hay que recordarlas porque, como decía el filósofo hispano-norteamericano
Jorge de Santayana, "los pueblos que no recuerdan su historia
están condenados a repetirla". Otro filósofo, este de Tréveris, Karl Marx, fue más lejos e ironizó con
que "la historia no se repite, sino que
se caricaturiza".
Pues
eso. Hace 80 años, los fascistas también arremetían contra los políticos, los
partidos y lo que hoy algunos denominan Casta. Hablaban de su corrupción, de su
amiguismo y de la necesidad de suprimirlos, Incluso enumeraron en unos puntos
de Falange Española, que había que hacer para "tomar el poder", como alguna vez he oído a Pablo Iglesias, de Podemos.
Por
eso, me temo que hoy día hay más franquistas de lo que ellos mismos creen.
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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