Los presupuestos de Artur Mas para 2015 han sobrevivido al debate
a la totalidad. Eso significa que seguirán tramitándose en el
Parlament. Que esas cuentas no hayan sido tumbadas a la primera se
debe a un pacto entre CiU y ERC. Los republicanos han optado por
retirar la enmienda a la totalidad de la ley de acompañamiento
presupuestaria que habían presentado. Gracias a los 70 votos de
convergentes y republicanos, las enmiendas del resto de grupos no han
prosperado.
Pero ese gesto de ERC no implica que
Mas y
Oriol Junqueras hayan
firmado la pipa de la paz. Es sólo una tregua. Una tregua que durará
como mucho hasta enero. Los republicanos mantienen las enmiendas
parciales que presentaron contra el presupuesto de cada una de las 12
conselleries y sólo las retirarán si alcanzan un acuerdo
con el presidente de las Generalitat para que convoque elecciones
anticipadas de inmediato.
Ayer, Junqueras exigió a Mas que haga la convocatoria antes de
fin de año. Hoy, parece que el líder de ERC está dispuesto a
ampliar un poquito ese plazo, hasta mediados de enero. Si llegado ese
momento, Mas no da su brazo a torcer y convoca los comicios, los
republicanos le retirarán su apoyo y el president se quedará
compuesto y sin presupuestos.
Mas podría gobernar prorrogando las cuentas de este año, pero
acabar la legislatura, o sea, aguantar hasta el otoño de 2016 se le
hará muy cuesta arriba. CiU sólo tiene 50 diputados y la mayoría
absoluta se sitúa en el Parlament en 68 escaños. Es muy improbable
que en una Cámara tan fragmentada alguien se anime a ponerle una
moción de censura, pero también es muy difícil que un Gobierno
tan débil pueda materializar sus propuestas legislativas y aguantar
dos años.
El PSC se ofreció a sacarle a CiU las castañas del fuego siendo
su aliado hasta 2016. Pero Mas rechazó ese ofrecimiento al
considerar que los socialistas no son lo suficientemente
soberanistas. El presidente de la Generalitat ha tomado el camino del
independentismo y un pacto con el PSC se vería entre el
secesionismo como un paso atrás.
En definitiva, el acuerdo de hoy entre CiU y ERC no es más que no
prolongación de la agonía. Las cosas no han cambiado. Mas y
Junqueras mantienen su particular pulso en relación a las
elecciones. Mas quiere una lista conjunta del secesionismo para no
perder el poder. Junqueras se niega a coaligarse con los
convergentes. Y si antes ya era reacio, ahora todavía lo es más, ya
que la familia de
Jordi Pujol ha sido imputada casi al completo. A
ERC, que inventó aquello de "manos limpias", no le
interesa que se la vea a partir un piñón con los corruptos.
La tramitación de los presupuestos seguirá su curso, pero es muy
difícil que lleguen a aprobarse. ¿Para que quiere Mas los
presupuestos si adelanta las elecciones? El president no se cansa de
recordar que presupuestos y adelanto electoral son dos cosas
distintas que no pueden mezclarse en una misma negociación. Pero ERC
no se baja del burro. Junqueras quiere ser el próximo presidente de
la Generalitat y está convencido de que puede llegar a proclamar su
ansiada independencia. Pero eso es ahora o quizá nunca, por eso no
aflojará hasta que logre que Mas se vea obligado a tirar la toalla y
adelante los comicios.
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