César González Ruano, maestro de periodistas,
escribió sobre Enrique Jardiel Poncela
en los términos más elogiosos al decir de él que se trata del "humorista más completo
que nuestro siglo ha dado". Se refería, por supuesto al siglo XX, en
donde Jardiel competía en ese proceloso estilo literario del
humor con autores coetáneos de latalla deEdgar Neville, Antonio de Lara -alias Tono-, Jerónimo y Miguel Mihura,
José López Rubio, Ernesto Polo, Samuel Ros, Juan Pérez
Zúñiga, Tomás Luceño, Manuel Abril, Antonio Robles, Jacinto Miquelarena, Andrés Álvarez o Antonio
Botín Polanco. Todos ellos
configuran la "generación inverosímil",
como la llama Enrique Gallud, el autor del libro que vamos a
comentar.
A Enrique
Jardiel Poncela (1901-1952), se le conoce
fundamentalmente por su faceta de dramaturgo y, un poco menos, por la de
novelista. En ambos casos, nadie pone en duda su maestría indiscutible, ni su
papel de renovador del humor en nuestro país. Pero Jardiel Poncela es mucho más que esto y destacó en muchas otras facetas
que le hacen acreedor a aplicarle el término de creador 'poliédrico'.
Ha sido un nieto suyo, Enrique Gallud Jardiel, profesor, escritor y ensayista, quien acaba de recordárnoslo a través de un
libro, seguramente la mejor forma
posible de hacerlo. Lo ha publicado hace solo unas semanas la editorial Doce
Robles (Zaragoza, 2014). Su título, 'Jardiel. La risa inteligente'.
Gallud
Jardiel,
Doctor en Filología Hispánica, y nieto del renovador del teatro cómico español,
acaba de dedicar este libro a demostrar lo dicho hasta aquí. Es autor de más de
cuarenta títulos sobre diversos temas de humanidades y especializado en el
teatro cómico español. Ya publicó hace
algunos años una extraordinaria biografía, 'Enrique
Jardiel Poncela. La ajetreada vida de un maestro del humor' (Espasa, 2001)
y un amplio y detallado estudio sobre su dramaturgia: 'El teatro de Jardiel Poncela. El humor inverosímil' (Fundamentos,
2011). Ha realizado además ediciones de otros aspectos literarios del autor,
publicando su 'Poesía completa'
(Hiperión, 2014) y varias colecciones de cuentos cortos, aparte de muchos otros
artículos especializados.
Enrique
Gallud
ha accedido a material de primera mano, textos inéditos, correspondencia
personal, manuscritos y gran cantidad de material gráfico que no se había
divulgado hasta el momento y que se presenta reunido en este volumen. Se trata
de una edición cuidadísima, incluso exquisita, primorosamente maquetada, de
lectura apasionante tanto para estudiantes como para espectadores de teatro, o
aquellos lectores sencillamente interesados en libros tan serios como amenos, tan
profundos como sencillos y tan asequibles a sensibilidades de 15 como
de 90 años.
Creo que la edición será buscada muy pronto
por bibliófilos -que, afortunadamente,
aún quedan entre nosotros-, y que
hoy pueden adquirir por solo 18 ? en cualquier librería, de las
habitualmente bien surtidas. El libro -de verdad-, es uno de esos ejemplares que,
cogido entre las manos de un lector, todavía
le aportan razones palpables y contundentes para seguir apostando por la
coexistencia de ediciones en tinta y digitales.
Creador infatigable
Jardiel Poncela nació
en Madrid; residió temporalmente en Estados Unidos, donde acudió a trabajar
como guionista de cine en Hollywood, pero volvió pronto a su ciudad natal,
donde permaneció hasta su muerte. La primera obra que estrenó fue 'Una noche
de primavera sin sueño' (1927), a la que siguieron 'Usted tiene ojos de
mujer fatal' (1933), 'Angelina o el honor de un brigadier' (1934), 'Cuatro
corazones con freno y marcha atrás' (1936), 'Eloísa está debajo de un
almendro' (1940) y 'Los ladrones somos gente honrada' (1941), entre
otras muchas que alcanzaron gran éxito al tiempo que suscitaban intensas polémicas.
Jardiel se
oponía al antiguo humorismo hispano, -costumbrista y sentimental- y practicaba
un humor inverosímil, lleno de hallazgos deslumbrantes que de alguna manera
anunciaba ya el humor que más tarde se practicaría en las revistas 'La
metralleta' y 'La Codorniz'.
En sus novelas humorísticas es donde mejor
se ve el pesimismo y la complejidad de una obra tan original que ha habido que
esperar hasta la década de 1980 para que se valorara adecuadamente. Este
fenómeno se produjo con motivo de la publicación de sus 'Obras completas' en 1977. Entre sus novelas más
destacadas figuran 'Amor se escribe sin hache' (1929), '¡Espérame en
Siberia, vida mía!' (1930)
y, sobre todo, 'La tournée de Dios' (1932).
Gallud Jardiel
subraya en el libro la ingente producción de su abuelo en diversos géneros -artículos, cuentos,
conferencias, guiones radiofónicos o cinematográficos, aparte de sus obras
teatrales y novelísticas-, que demuestran su extraordinaria capacidad de
trabajo, de la que él mismo alardeaba:
"Suelo emplear tres horas en comidas,
abrir cartas y decir que no estoy en casa a las visitas; dos en charlar con los
amigos; una en leer diarios y revistas; tres en leer libros; una en jugar con
el perro y en compras femeninas; ocho o nueve o diez en dormir; dos en visitas
y una en contestar correspondencia. De suerte que -calculando que permanezco en
el café escribiendo ocho o nueve horas diarias- el día tiene para mí treinta y
una horas, lo que no me explico cómo puede suceder. Pero he vuelto a sumar y la
cuenta es exacta".
Tan ameno como profundo
El cineasta José Luis García Sánchez firma
el prólogo del libro en el que el autor de
'Jardiel. La risa inteligente'
ha dividido su estudio en dos partes. La
primera de ellas la dedica al hombre, y la segunda a su obra. Y termina el
volumen con un apéndice que contiene una
relación de todos sus escritos.
En la primera parte, Gallud escribe acerca de los orígenes familiares de Jardiel Poncela (quien, por cierto, a
pesar de nacer en Madrid, tenía
vínculos familiares muy fuertes con
Aragón); de sus inicios como escritor; de su vida familiar y, también, de su
ajetreada vida sentimental; de su carácter y peculiaridades; de sus viajes a
Estados Unidos; de sus amigos y enemigos
literarios; de su independencia política (cuestión esta que le hizo tener
enemigos tanto en el bando franquista como en el republicano); de su actividad
de empresario de espectáculos, o de su desgraciada enfermedad, que le hizo
terminar su vida en la más absoluta
miseria.
Por otro lado, al hablar de la obra del escritor,
Gallud aborda el entronque generacional de Jardiel y su relación con las
vanguardias, sus propuestas estéticas y
de la poética del teatro, y muestra
numerosos ejemplos de su comicidad verbal, de su uso del humor de
situación o de su intención satírica. Se
adentra, así mismo, en sus maestros e
influjos literarios, su aversión por la crítica literaria; su relación con el
mundo del periodismo; la transgresión de sus novelas; su papel como renovador
del teatro cómico español y de su influencia
más allá de los Pirineos; de sus
obras cortas (comedietas, cuentos, versos, artículos y aforismos); de la
aportación de Jardiel Poncela al cine, y de sus seguidores e imitadores,
que han engrosado ese movimiento que se ha dado en llamar el 'jardielismo'.
Un
libro, en fin, tan serio como entretenido, que nos descubre a un Jardiel Poncela autor y persona, a
través del análisis profundo de los
distintos aspectos señalados, y desde la mirada de otro autor, Enrique Gallud Jardiel, también
vinculado al mundo del teatro (director,
actor), como su abuelo, que además de su profundo conocimiento sobre la obra de
Jardiel Poncela, ha reunido
aquí cerca de ciento cincuenta documentos gráficos
entre fotografías, manuscritos, portadas de primeras ediciones, dibujos y
bocetos del renovador del teatro cómico en la España del siglo XX. Como dice Gallud, del creador de "un género propio, el del teatro cómico fantástico, con
elementos de parodia y de gran guiñol. Jardiel
inventa su propio teatro, como García
Álvarez inventó el astracán, Valle-Inclán
los esperpentos, Unamuno las nivolas
o Manuel Machado los sonites".