La cronología la conocen: el consejero de Sanidad de la Comunidad de
Madrid,
Javier Rodríguez, al poco de conocerse el caso de
Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada del virus del ébola al atender al misionero
Manuel García Viejo el pasado verano,originó una fuerte polémica. Y todo porque acusó a Romero de ser la causante de su propia infección al no cumplir con todos los protocolos de seguridad, sin tener pruebas y sin ser nada adecuado ante el caldeado panorama social que había en ese momento, en plena alerta social por el ébola.
Cuando semanas después se pudo hablar de la curación plena de Romero, las ascuas aún estaban encendidas en la llama que había hecho temblar al Gobierno madrileño e incluso al Ministerio de Sanidad, todavía gestionado entonces por
Ana Mato. Y así fue que la auxiliar, al dejar el hospital, avisó de que habría medidas legales por calumniarla de esa manera. Sus abogados se pusieron manos a la obra y de nuevo se acercaban nubarrones en torno a Rodríguez y, por extensión, al Gobierno madrileño. Su presidente,
Ignacio González, ya suficientemente preocupado por mantener el poder más allá de mayo de 2015, con las encuestas amenazando seriamente su mayoría absoluta, aumentó su malestar. Al parecer, habría impuesto silencio para bien y para mal. Después de haberse atribuido una buena gestión sanitaria en la crisis del ébola, se optó por el silencio para no caer en polémicas, pero ayer miércoles Javier Rodríguez, titular de Sanidad, se cargó todo esa estrategia en cuestión de minutos al decir a la prensa que gracias a él y su gestión, Romero podía seguir hablando. Estar viva, vaya.
Ahora algunas fuentes, algunas citadas esta mañana por la Cadena Ser, apuntan a que Rodríguez estaría viviendo sus últimos días como consejero de Sanidad. Ignacio González prefiere pasar página y mejorar la imagen de su ejecutivo de cara a las elecciones autonómicas del próximo mayo, por lo que tomaría una decisión drástica en torno a este médico al que muchos creen que le quedó grande el traje de consejero del Gobierno regional.
Rodríguez es doctorado en medicina y cirugía, especialista en medicina interna y nefrología. Llegó tan sólo hace algo más de 10 meses, este 28 de enero, cuando sustituía al dimisionario
Javier Fernández-Lasquetty al fracasar en la privatización de seis hospitales públicos.
Rodríguez es 'autor'
de frases como: "Para explicarle a uno cómo se tiene que quitar y poner
un traje (se seguridad anti-ébola) no hace falta un máster", "tan mal
no debía estar para ir a la peluquería" (en alusión a la auxiliar de
enfermería que se contagio con el virus del ébola, Teresa Romero) o
"ha tardado mucho en decir lo que había hecho" y que quizás no ofrecía
los datos pertinentes sobre su temperatura (refiriéndose a Romero), ha
vuelto a pronunciar unas polémicas palabras sobre la auxiliar y la
gestión del virus en España: "si lo hubiera hecho mal Teresa Romero no
estaría hablando".
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