Habría dos formas de hacer la crítica de esta película, una sería
mofarse de Godard y de su película: "Una pareja, Hitler, un perro, gu gu
gu yub, Godard vuelve a mostrarnos sus insoportables pajas mentales".
Otra sería la de adulación absoluta: "Una pareja, Hitler, un perro, gu gu
gu yub, Godard nos abre la mente sobre todos los problemas que acechan
al hombre, el neoliberalismo, las restricciones del lenguaje, la
incomprensión y la soledad". Puede que las dos sean falsas o puede que el
resultado no sea sino una suma de las dos.
Hace tiempo que
Godard no hace películas novela sino películas ensayo. Eso significa que a Godard no le interesa nada eso de comienzo, nudo y desenlace. Lo que le interesa es el medio en sí mismo, poner sus famosos carteles, llenar la película de citas y más citas. En 'Adiós al lenguaje' podremos ver el Godard ensayista, al político, el panfletario, pero es Godard
siguiendo sus propias reglas y siendo uno de los pocos que continúan
experimentando con el lenguaje cinematográfico
También como la mayoría de sus películas desde la lejana 'Weekend' es fascinante e irritante al mismo tiempo pero su propiedad es 100% Godard, 100% original. El director franco-suizo rompe las reglas una vez más y juega como nadie con el lenguaje. Es discursivo, y
sigue teniendo sus referentes sesentayochistas,
Mao, el
Che. Juega en su propia
liga y para un reducido grupo de seguidores. Lo peor que se puede hacer
es tratar de comprenderlo, puede que ni él mismo lo haga, y dejarse llevar
por las imágenes, la música, el montaje...
Lo glorioso de Godard es que a sus 83 años le sigue interesando de cero a
nada seguir ninguna regla del cine. Godard solo sigue a Godard y sus
películas son, por ello, un soplo de aire fresco y libertad que se
cargan de un plumazo todo lo que se debe hacer según las normas. Eso no significa que 'Adiós al lenguaje' sea una película para todos, a una gran mayoría le parecerá una tomadura de pel y eso no los hará más tontos, como tampoco hace más listos a los que sean capaces de disfrutar de sus imágenes, de su transgresión y de sus infinitas ganas de tocar las narices.
Lo malo, eso sí, es que la película está rodada en 3D pero como los únicos cines que
la van a exhibir no tienen esta tecnología, se verá en 2D, que es como la
pudimos ver nosotros. Una verdadera pena, ya que si hay algo más estimulante, y al mismo tiempo irritante, que una película de Godard, es una película de Godard en 3D.
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