Mirar a España es como poner una lupa sobre Europa
lunes 24 de noviembre de 2014, 12:35h
Juncker
ofreció jugosos descuentos tramposos a empresas como Pepsi o Apple y ahora
preside la Comisión (de cometer, supongo) Europea; José Sócrates, ex
premier luso, ha sido detenido por trampas financieras a favor de su bolsillo;
Italia, ahora algo más calmada, es un lupanar de mafiosos, empresarios y
políticos -eso cuando no son todos una y la misma cosa- y, finalmente, España,
donde resulta que nuestro James Bond es un mocoso engreído al que pagan
en T5 entre 100.000 y 400.000 euros por salir en el primetime del sábado noche
haciendo alarde de sus ¿fantasías?
Yo
no lo seguí -solo faltaría que incrementara el espantoso 21% de share que
obtuvieron- aunque sí lo vi el domingo a través de internet por obligación
profesional pero sin darles audiencia. No haré comentarios más allá de decir
que vaya chorrada de programa, vaya chorrada de chaval y vaya chorrada de
planteamiento periodístico.
Luego
están Sonia Castedo, la Pantoja, la Duquesa de Alba, Errejón
y un clan de menoreros por nombre Romanov son los titulares de esta
semana. En puridad, la actualidad noticiosa en España la marcaron una choriza
de segunda categoría, una flamenca con la mano tan larga como la cola de su
bata, una gandula de profesión y por herencia -con 3.000 millones de euros
heredados y sin nada más que hacer en la vida, ni siquiera ayudar a los pobres,
la finada ha pasado a la historieta como alguien que se puso el mundo por
montera, como si tal cosa fuera mérito per se-, un joven doctor que cobró 1.800
euros por un trabajo que debía ser presencial y, finalmente, un montón de curas
rabilargos que han jodido vidas y haciendas de jóvenes en formación de los que
se aprovecharon malamente durante años. Tal ha sido la semana informativa en
España, junto al yeimsbón de juguete.
En
paralelo, el presidente de gobierno invitado a dar la charla de apertura en el
G-20 -la noticia es que fuera invitado porque lo que dijo y nada son dos nadas-
y los ancianos Cayo Lara y Cándido Méndez que dan un salto atrás
para dejar paso a jóvenes con más ganas, menos lastres y seguramente sin mañas.
Podemos
ha empezado a cometer errores graves en su comunicación y en su
presentación pública. A pesar de que las encuestas de la semana los coloquen
como primera fuerza política, mucho me temo que los patinazos de estos días no
son más que los primeras laceraciones que van a sufrir en este año electoral
que apenas ha empezado: les van a dar hasta en el deneí y más les vale que no
sean un suflé, como empieza a parecer, porque caerán con más estrépito y
velocidad de la que han tenido para subir: son muchos, muchísimos, los que les
tienen ganas y los errores que en otros son nada -realizar a distancia un
trabajo que debería ser presencial o bordear la legalidad de una sociedad sin
ánimo de lucro con aspecto de productora audiovisual con beneficios
empresariales- en ellos simplemente son inaceptables: es importante ser
transparente cuando se predica la transparencia; es importante ser bueno cuando
se predica la bondad y es importante dar trigo cuando se predica en la era.
Yo,
a pesar de Teseguite, un lector habitual al que tengo cariño por más que
me sitúa siempre donde no estoy: ni soy comunista, ni soy bolivariano ni creo
en nada que menoscabe la democracia, creo que es el momento de redefinir el
campo de juego. Eso quiere decir que los PPSOE que secuestraron la democracia no
me gustan y cualquier partido que pretenda, en este momento, otra cosa distinta
a regenerarla y desinfectarla, tampoco. Luego ya haremos política. Por
supuesto, el país debe seguir funcionando y lo importante es el paro, la
sanidad y las pensiones. No creo que la educación concertada o la OTAN sean un
problema hoy. Lo primero es limpiar la putrefacción, barrer a los pputrefactos
y recuperar las instituciones. Luego la política: diré que salir de la OTAN es
inadecuado y que siendo la educación concertada un timo, no podemos prescindir
de ella sin antes reproducir la red alemana de colegios públicos, pero aixó ara
no toca.