martes 11 de noviembre de 2014, 08:14h
Según
la reciente encuesta del CIS, la situación económica española es Muy Mala o
Mala para el 82,2% de los encuestados, unas décimas peor que lo que se recogía
en la encuesta de julio. Similar
porcentaje se inclina por la misma calificación cuando es preguntado por la
situación política. Del mismo modo que
en economía el mundo está dividido en la discusión de si antes hay que reducir
la deuda para así poder crecer, posición que defienden los partidarios de la
austeridad, o lo contrario, que defiende que lo mejor es endeudarse para crecer
y después ya se pagará la deuda, propugnado por los que creen que solo
estimulando la demanda es posible devolver al crecimiento estable a las
economías desarrolladas, la encuesta del
CIS nos lleva a preguntarnos que es preferente, resolver la negativa percepción
económica o la desastrosa percepción política.
Es
claro que el Gobierno había apostado a que el cambio económico sería percibido
por una buena parte de la población y eso tendría su reflejo político. Cuando
dos terceras partes de la legislatura han transcurrido, la indudable mejora de
los indicadores macroeconómicos no es en absoluto percibida por los encuestados
y su descontento ha dejado paso a un fenómeno como Podemos, que atendiendo a
sus propuestas políticas, considera en descomposición el régimen de convivencia
nacido de la Constitución de 1978 para
promover una "apertura democrática y constituyente que cambie la correlación de
fuerzas a favor de las mayorías empobrecidas" y que en sus propuestas
económicas defiende la semana de 35 horas, la reducción de la edad de
jubilación, la prohibición del despido para empresas en beneficios, la
recuperación del control estatal sobre sectores estratégicos, la implantación
de un salario básico para todos los ciudadanos, la reestructuración unilateral
de la deuda, o que el BCE pueda financiar directamente a los gobiernos. Es
decir, la solución de los problemas económicos de un mundo complejo, a través
de una política también compleja (basta leer cualquiera de los artículos
recientes de algunos de sus líderes), pero paradójicamente aplicando medidas
económicas sencillas, tan simples y fáciles de entender por cualquiera, como
sencillo es comprobar los resultados que aplicadas parcialmente o en su
totalidad han tenido este tipo de experimentos en otras sociedades.
Es
posible que lo que ellos denominan las élites, intenten no enemistarse y no
manifiesten abiertamente su temor y su rechazo, pero es difícil disimular la
amenaza que para un país de clases medias supone el ascenso de una fuerza
política como Podemos. Las primeras
manifestaciones de preocupación vienen del exterior, en forma de advertencias sobre la deuda. Corresponden
a los poco populares bancos de inversión o a medios de comunicación más o menos
antipáticos por ser considerados portavoces del sistema como Wall Street
Journal, pero para una economía como la española, extremadamente dependiente
del capital exterior, que apenas ha tenido tiempo de asentar una base de
recuperación sobre las frágiles y reversibles reformas que ha efectuado el
gobierno, apoyadas sobre todo en la devaluación interna vía salarios, pero sin
apenas cambiar el entramado de poder institucional que prometió abordar, son pocas las esperanzas de que las
condiciones económicas mejoren hasta el punto de que pueda descartarse un papel
relevante en el futuro del país a un movimiento que supone una amenaza tan
seria para su futuro económico, institucional y político. Estamos por lo tanto
ante la urgente necesidad de que mejore el clima político. De otro modo, lo
lamentaremos pronto.
Analista y consultor
Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios
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