Eso implica que serán los voluntarios quienes darán a conocer los resultados
del referéndum. Podría parecer que el Govern se ha desentendido del proceso y,
para evitar problemas, le ha dado el relevo a la sociedad civil. Pero
Rigol ha
querido evitar que la prensa y la opinión pública se lleven esa sensación y ha
insistido en que "el Govern asume la responsabilidad última".
Como ya viene ocurriendo en los últimos días, el Govern recurre a un
lenguaje ambiguo para poder quedar bien con todo el mundo. Ayer el ministro de
Justicia,
Rafael Catalá, dejó claro que el Gobierno central no tomará medidas
contra la consulta de
Artur Mas si la Generalitat se retira de la primera línea
y el proceso queda en manos de civiles. Hoy, el socio de Mas,
Josep Antoni
Duran, ha pedido a través de su carta web semanal que la consulta se deje en
manos de la sociedad civil "para evitar dolores de cabeza".
También ha trascendido, que la delegada del Ejecutivo central en Cataluña,
Llanos de Luna, envió el miércoles sendas a cartas a las conselleras de
Governació,
Joana Ortega, y Ensenyament, Irene Rigau, recordando que la
consulta está suspendida por el Constitucional y, en consecuencia, "no se
pueden adoptar acuerdos que puedan contravenir la decisión del Tribunal".
Pero todas voces invitando a Mas a que se aleje de la primera línea,
contrastan con las del resto de partidos soberanistas, la Asamnblea Nacional
Catalana y Òmnium Cultural. Estas organizaciones reclaman al presidente de la
Generalitat que siga al frente del proceso y sea la cabeza visible de la
consulta alternativa tal y como prometió a los catalanes.
Para salir de ese atolladero, Mas ha optado por la vía de en medio y ha
dejado que sea Rigol quien dé las explicaciones. Y Rigol, como ya le ocurrió el
martes a
Francesc Homs, ha tenido que lidiar con los periodistas, que no se
conforman ante tanta ambiguedad.
Al final, y después de repetir una y otra vez la misma pregunta, Rigol ha
reconocido que serán los voluntarios quienes se encargarán del recuento de
votos y de anunciar los resultados. El Govern se situará en un segundo plano y
evitará asó, como sugería Duran, males mayores.
En paralelo, la Generalitat no desiste de cargarse de razón en los
tribunales. Por eso, ha interpuesto esta misma mañana un recurso de suplica
ante el Constitucional reclamando que se le deje celebrar el pseudo referéndum.
El Govern apela a este Tribunal después de que el Supremo rechazase ayer otro
de sus recurso por carecer de competencias sobre el asunto.
Así están las cosas a dos días de la consulta. Que, visto lo visto, podría
desarrollarse con tranquilidad y sin intervención de la Fiscalía ni de los
jueces, dado que el Govern ha optado por acceder a las peticiones del Gobierno
central, aunque con una fórmula más que ambigua.
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