jueves 06 de noviembre de 2014, 10:19h
Mientras todo el mundo mundial habla del nota de la coleta y
el imparable ascenso de su Podemos en la última encuesta del CIS y mientras los
sesudos tertulianos tratan de quitarle hierro a la cosa alegando que esta
intención directa de voto que lo coloca como primera fuerza del país es un mero
espejismo, los dos principales partidos españoles, PP y PSOE, siguen mareando
la perdiz sin ponerse de acuerdo en adoptar medidas contra la corrupción,
principal causa de esta debacle en la que ambos se hayan sumidos. El sondeo del
CIS es sólo un toque de atención a Mariano Rajoy, a Pedro "Zapatero"
Sánchez y a Cayo Lara, un aviso serio a nuestros actuales
dirigentes políticos para que se pongan las pilas lo antes posible si no
quieren verse relegados a un segundo plano o, en el mejor de los casos, a verse
forzados a firmar un pacto postelectoral antinatura que impida que el tal Pablito
Iglesias se convierta dentro de un año en el presidente de este país en un
arriesgado ejercicio que nos podría situar fuera del ámbito europeo y al mismo
nivel que Cuba o Venezuela. Sinceramente yo no creo que la sangre llegue al río
y que, si la economía no se tuerce por cualquier motivo ajeno, esta red que
está recolectando los votos de millones de indignados, que eso y no otra cosa
es Podemos, mantenga ese imparable ascenso durante mucho más tiempo.
Eso sí, a sus ideólogos hay que reconocerle que lo están haciendo de cine.
Primero "vendieron" lo de la paga extra de 600 euros para todos, lo
de la jubilación a los sesenta años, lo de no pagar la deuda, lo de los
impuestos a los ricos o lo de la vivienda gratis total. Unos caramelos
envenenados que muchos se tragaron en esta época de vacas flacas y que ahora
están revisando a marchas forzadas cuando las encuestas les están enseñando las
orejas del lobo del poder. Ya veremos en qué quedan todas esas promesas
demagógicas y electoralistas cuando decidan presentarse a unos comicios de
verdad y no de cuento como las pasadas europeas y confeccionar un programa
creíble para el personal que ahora le da su apoyo con los ojos cerrados.
Pero a lo que iba, que, desde luego no era mi propósito el divagar sobre los de
Podemos y la encuesta del CIS. Yo hoy quería escribir de lo que nos atañe
directamente a los andaluces. Y aquí, diga lo que diga nuestra formidable y
enorme presidenta, los asuntos de la corrupción siguen marcando la agenda
política. Ahora ha sido la Fiscalía del Tribunal Supremo la que le da la razón
a la petición realizada por la juez Mercedes Alaya a mediados del agosto
para que el Alto Tribunal pueda juzgar a los ex presidentes Manuel Chaves y
José Antonio Griñán y a los ex consejeros Gaspar Zarrías y José
Antonio Viera. Según sostenía Alaya en su escrito de más de quinientos
folios, el procedimiento de los ERE fue el resultado de una decisión
política de la cúpula autonómica y añade que las ayudas se dieron sin
solicitud ni justificación, sin fiscalización previa ni límite de gasto. La
antigua Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía aprobaba las ayudas que
luego pagaba un ente instrumental del Gobierno andaluz, la Agencia IDEA,
mediante las transferencias de financiación. Este mecanismo propició que
durante una década escaparan al control de la Intervención de la Junta un total
de 721 millones de euros y que se haya elevado a 1.217 millones el
"saqueo" de las arcas públicas por cobrar abultadas comisiones solo
por gestionar despidos.
A algunos miembros del PSOE andaluz, incluída Susana Díaz, se le han
puesto los pelos de punta porque, pese a que estaban deseando que Alaya dejara
el caso en manos del Supremo para ver si en Madrid el asunto "dormía el
sueño de los injustos", todavía no se fían de que éste, tal y como están
las cosas en los turbios asuntos de corrupción política, no se le vaya el caso
de las manos. Como el Supremo le haga caso al minucioso razonamiento expuesto
por Alaya, a Chavez, Griñán, Zarrías y Viera se
le pueden complicar las cosas. Y, cómo no, también a Susana que hasta ahora se
creía fuera del lío. Ya veremos si, al final, la superpresidenta no se ve
obligada a tener que romper su actual alianza con IULV-CA y pactar con los
muchachos del de la coleta que se configuran ya como la tercera fuerza política
en Andalucía a escasos votos de PP y PSOE. Con este panorama, su inicial
pretensión de adelantar las elecciones autonómicas a la próxima Primavera para
hacerlas coincidir con las municipales, se ha evaporado. Al final se va a ver
obligada a agotar la legislatura por muy mal que le vaya con sus actuales
socios. Y es que, como dice el refrán, "a la fuerza ahorcan".