martes 04 de noviembre de 2014, 09:22h
Tal y como está el
patio de Monipodio patrio en estos momentos, con una serie de casos de
corrupción que alcanzan desde tonadillleras como la Pantoja a
ex presidentes de clubes de fútbol y desde empresarios a sindicatos, pasando,
cómo no, por conocidos miembros de la familia Real y por dirigentes del PP, del
PSOE, Izquierda Unida o independientes, escribir sobre política y los políticos
es un ejercicio superior a mis ya debilitadas fuerzas intelectuales. Uno ya no
sabe hacia donde mirar para no salir corriendo al baño y echar la pota. Ni a la
izquierda ni a la derecha porque una y otra son una cohorte de mangantes que lo
mínimo que nos producen a los ciudadanos es asco. Y no me vengan con el cuento
de siempre de que la mayoría de los políticos son honrados porque visto lo
visto en los últimos años, uno ya no se fía ni de su padre, En algo sí
estoy de acuerdo con Rajoy, y es que, al menos, está funcionando la
tan denostada Administración de Justicia, ese tercer poder que Alfonso
Guerra quería eliminar en su momento imitando aMontesquieu.
Algunos jueces están haciendo una labor de limpieza que los partidos no se han
atrevido a realizar en las últimas décadas, destapando macroescándalos de
corrupción.e imputando y mandando a prisión a tirios y troyanos que se han
hartado de llevárselo calentito sin que sus dirigentes se enterasen de la misa
la media. Al menos nos queda la esperanza de Alaya y sus compañeros de
profesión que son los que se están encargando de limpiar esta charcutería en la
que se ha convertido España.
Porque esa es otra. Uno se pregunta si es que
los dirigentes políticos españoles, de todas las ideologías, son tontos o se lo
hacen. Que.Manuel Chaves, Pepe Griñán, José Luis
Rodríguez Zapatero, José María Aznar, Mariano Rajoy, Esperanza
Aguirre, Susana Díaz, Pedro Sánchez o Arturito Mas,
entre otros muchos prohombres de este país, no se enteraran de que sus
subordinados más directos se dedicaban a trincar dinero de las arcas públicas
se puede entender, (entender, no justificar) si ese dinero iba destinado a
financiar el partido porque desde que comenzó la transición las distintas
fuerzas políticas y sindicales se han pagado sus enormes gastos no con las
cuotas de los militantes, que sería lo lógico, ni con los fondos destinados a
ellos en los presupuestos, sino con triquiñuelas contables y por supuesto
ilegales en las que no faltaban dádivas y concesiones a empresas que
colaboraban con la causa. Hasta ahí, uno que lleva en esto de la información
política la friolera de más de tres décadas, podría hasta entenderlo. Lo que
supera mi corto intelecto es que esos mismos dirigentes ignorasen que Roca coleccionaba Picassos en
su cuarto de baño, que Bárcenas se iba de viajes de lujo y
placer a la otra punta del planeta, que Guerrero se gastaba el
dinero de los EREs en gintonics y cocaína, que Lanzas acumulaba
bajo el colchón dinero robado para asar una vaca, que la familia de los Pujol tuvieran
cuentas ocultas en medio mundo, que Granados tuviese ahorrados
en Suiza millones de euros y así cientos y cientos de mangantes que se han
lucrado durante años sin que nadie pusiese coto a sus desmanes.
Y no lo entiendo porque caben dos posibilidades.
Una, que lo supieran y se callaran para evitar el daño que un escándalo de este
tipo le puede hacer al partido, o dos, que sea verdad que lo ignorasen. Uno no
sabe que es peor, si estar gobernados por mangantes o por gilipollas. Porque el
final de todo este gazpacho de charcutería fina es que el hartazgo va a
beneficiar a los únicos que no han gobernado nunca y que se presentan como si
fueran el hada madrina de la honradez. Ya saben a quienes me refiero, al de la
coleta y sus colegas de Podemos que sin haber dado un palo al agua, sin haber
movido un dedo, sin haber trabajado lo más mínimo por salir de una dictadura y
lograr construir una democracia moderna, aprovechando el descontento
generalizado y vendiendo una izquierda antigua y anquilosada de tipo castrista
y chavista mas pasada que el arroz, se pueden convertir de la noche a la mañana
en los salvadores de la patria. Como cantaba Serrat, "harto ya
de estar harto, ya me cansé, de preguntarle al mundo por qué y por qué".
Yo. como ustedes, también estoy ya harto de estar harto, tanto como lo pueda
estar el nota de Pablo Iglesias, pero no me parece que la solución
a nuestras desgracias actuales sea convertirnos, de la noche a la mañana, en el
hazmerreir de gran parte del mundo desarrollado.