lunes 20 de octubre de 2014, 08:42h
Había
un vulgar chascarrillo en el que un baturro, montado en un borrico que caminaba
por entre las vías del ferrocarril, al escuchar los pitidos de un tren que se
aproximaba decía: ¡chifla, chifla, que yo no me voy a apartar de mi camino! En
parecida tesitura se ha puesto el cansino Artur Mas quien, llevado de su
ridícula megalomanía, anunciaba un choque de trenes si se estorbaba su ilegal
referéndum?consulta. Es probable que Mas no montase un borrico, que resultaría
algo anacrónico en nuestros días sino en una bicicleta de moderna factura y
delicado equilibrio. Pero para el caso es lo mismo, un terco en una frágil
montura, financiada con los propios presupuestos oficiales de su cargo
presidencial de una autonomía con la que circular por caminos ajenos a sus
competencias de autogobierno regional. Es decir, que creía que su bicicleta
tenía la capacidad de amenaza de un tren.
Como
era de esperar, cuando el ciclista vio que el tren, que rodaba sobre los rieles
constitucionales de hierro, se le venía encima se apartó apresuradamente del
centro del vial y se replegó tácticamente al borde de la vía para evitar ser
arrollado por el tren, siguiendo los reflejos que le imponía su instinto de
conservación. ¡Uf. Ya pasó! Dijo tras ver pasar al previsto aparato del Estado
de Derecho. Pero, obcecado con su cansina pretensión, volvió después al centro
de la vía, esperando que tardase en llegar otro tren por la misma dirección,
con su bicicleta de frágil factura y dudosa estabilidad y con una rueda
pinchada. Ahora viene con una parodia de consulta con cajas de cartón y
controladores voluntarios facciosos, en locales de su parroquia, con papeletas
únicas y quince días de plazo para votar como quien hecha cartas en el buzón de
los Reyes Magos. Y, otra vez, ¡chifla, chifla, que yo no me aparto! Pero se
apartará cuantas veces escuche llegar al tren de lo que él llama "adversarios
poderosos" a los que pretende asustar con el miedo a la colisión con su "bici"
haciéndoles creer que su cacharro es un tren de parecidas proporciones. Cuando
llegue de nuevo el expreso constitucional, el "astut Mas" volverá a replegarse
al margen menos peligroso y, cuando haya pasado el convoy repetirá el ¡chifla,
chifla! aunque ya tenga las dos ruedas pinchadas, repitiendo los mismos gestos
aunque no obtenga resultados diferentes. Entonces llegará la hora de chiflar
con lo de las elecciones "plebiscitarias", más o menos adelantadas y con más o
menos candidaturas comprometidas. Probablemente con menos Mas.
Este
paisaje de frustraciones resulta suficiente para sembrar la desconfianza tanto
del independentismo no gobernante como de los aliados ambiguos. Pero no parece
suficiente para que el Gobierno comprenda que el patético Artur Mas ha dejado
de ser una referencia sólida para dialogar sobre los problemas reales de
Cataluña. Mas ya no está en condiciones de negociar nada con nadie. Es un
espectro que deambula por la galería gótica como el fantasma de una película de
terror que, desahuciado del castillo nacionalista escocés se ha refugiado entre
las piedras de la Generalitat de Barcelona, a la espera de que surja una Nicola
Sturgeon que lo sustituya.
Lo
cierto es que en Cataluña seguirá habiendo nacionalismo mucho tiempo y que
habrá que afrontar los problemas políticos que provoca la presencia importante
de este sentimiento reaccionario por la persistencia de un electorado engañado
y desinformado. Pero la complejidad de esta peculiar situación es un problema a
estudiar y la bicicleta deshinchada del patético Artur Mas es algo que ya
cuenta muy poco en el futuro de esta historia. Artur Mas se ha convertido en un
personaje secundario, tan desleal al Estado que representa en Cataluña como al
conjunto de los habitantes de Cataluña que debiera representar ante el Estado
común. Ya no es un interlocutor fiable para nada ni para nadie
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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