La semana pasada el FMI revisaba a la baja las previsiones de
crecimiento para 2014 de la zona euro al 0,8% desde un 1,1%
anunciado en julio y las de 2015 del 1,5% al 1,3%. También rebajaba las
previsiones de crecimiento de Alemania en cinco décimas en 2014, hasta
el 1,4% y en dos décimas las de 2015, hasta el 1,5%. Ayer fue el
Gobierno alemán quien rebajó sus proyecciones ajustando las de 2014
al 1,2% frente al 1,8% estimado en primavera. Para el 2015, pasan del 2,0% al
1,3%. El ministro de economía alemán aseguró que las correcciones en las
previsiones tienen que ver con factores que afectan a la economía mundial,
señalando las crisis de Ucrania y Oriente Medio, los problemas económicos de la
UE y el menor crecimiento de los países emergentes. También señaló que el
factor clave es la situación en Europa, y especialmente la de Francia e
Italia. Sin embargo no ve necesario un cambio en la política económica y se
mostró contrario a una moderación de la política de austeridad para
impulsar el crecimiento europeo. La Canciller señalaba ayer que Alemania
no va a flexibilizar los planes de ajuste presupuestario y mantiene como
objetivo lograr el equilibro presupuestario en 2015. Descarta, tal y
como le sugiere el FMI, aumentar el gasto para favorecer el crecimiento de
otros países de la UE. El Gobierno alemán resta importancia al ajuste de las
previsiones y confía que sea temporal, aunque los datos siguen confirmando
la debilidad económica. Ayer el índice de confianza ZEW registró un
nuevo descenso, situándose por primera vez en dos años en negativo.
