Trajes militares contra guerra química
viernes 10 de octubre de 2014, 14:26h
"Para
ponerse un traje, no hace falta hacer un máster". Consejero de Sanidad de
Madrid, dixit. Me cuenta un suboficial de nuestras Fuerza Armadas, que pasó
varios meses en Afganistán, cosas sobre el
protocolo y el uso práctico de los trajes NBQ ( Guerra Nuclear, Bacteriológica
y Química) que avalan el calificativo de miserable, como el más suave que se me
ocurre, al pensar en el señor consejero
de Sanidad de la Comunidad cuyo nombre omito adrede por un problema de náuseas.
Ha
dicho el personaje que para ponerse un traje de esos "no hace falta hacer un
máster", al referirse a las críticas por la falta en el seguimiento de
protocolos que han llevado a la auxiliar de enfermería contagiada por el ébola y
que a la hora de escribir estas líneas se debate entre la vida y la muerte. Esa
ha sido una de las "lindezas" execrables de un clasista que puso en duda la
enfermedad de Teresa pues no estaría tan mal cuando " se fue a la peluquería".
Lo cierto es que este personaje o personajillo deleznable, que manifiesta su
soberbia cada vez que habla, no es mas que el reflejo de un sector de la casta
política como la que nos gobierna y que siempre culpa a las víctimas.
Pero
volviendo a lo del traje y el "máster", y como me cuenta mi amigo y compañero
suboficial, los militares siguen un protocolo estricto para la seguridad en
casos de riesgo de contaminación. Se colocan siempre el traje de dos en dos y
el tiempo récord, en su unidad en aquellas tierras, estaba en quince minutos.
Porque allí se contemplaba como riesgo cierto la posibilidad de una ataque con
armas químicas y se probaban los trajes
para practicar por si era necesario su uso. Después de colocarlo con ayuda, se debía
supervisar si todo estaba correcto sin que un milímetro quedara expuesto a una
posible introducción de la amenaza. Después, al quitarlo, otra persona ayudaba.
Era lo que se conocía como el Equipo de Protección Individual. (EPI) que existe
en otros sectores con riesgo de contaminación química o bacteriológica.
¿Acaso
se ponía y quitaba el traje sola esta enfermera? ¿Quien rompió los protocolos ¿
Se explicaron? Y así, pregunta tras pregunta. En las tertulias he escuchado
muchas veces la frase "Lo primero que hay que hacer es..." seguido de sesudos
análisis sobre la investigación, las consecuencias internacionales, las
responsabilidades de no se sabe
quien... Pero nunca he escuchado lo primero que hay que hacer es "curar a la
enferma". Es una obviedad, ya lo se, pero lo otro también lo era y mira que mareaban
la perdiz unos más que otros, claro.
Ahora
con lo que nos encontramos es con un ejemplo miserable, soberbio y clasista de
de una casta política como la que nos gobierna, que ha venido, además, a decir
que él dimitirá cuando le de la gana. Si eso no es soberbia, que vengan los
dioses a verlo. Lo de miserable y clasista se cae por su peso.