Es
lo que queda para la fecha, que puede, a este paso, acabar siendo fatídica, del
9 de noviembre: cuarenta y seis días. Y son muchas las cosas, que están apenas
en fase de diseño, por implementar, completar, antes de esa jornada. Salió a la
palestra la secretaria general del PSOE para descalificar,
a priori y sin que
nada haya sido aún puesto negro sobre blanco, la propuesta de reforma
constitucional que, sin demasiado detalle, esa es la verdad, airea el
secretario general del PSOE,
Pedro Sánchez. Me siento incapaz de afirmar que la
propuesta sea buena o mala; la desconozco, excepto en sus líneas más gruesas.
Pero es, al menos, una idea para contribuir a desbloquear una situación que
tiene el dispositivo de bomba colocado a plazo fijo: 9-N.
Empieza
a ser urgente que
Mariano Rajoy, tal vez en cuanto regrese de China, y Pedro
Sánchez se encuentren y ofrezcan al país entero, por supuesto Cataluña
incluida, una imagen de unidad, de búsqueda conjunta de remedios a la coyuntura
que, básicamente por culpa de
Artur Mas y su camarilla, pero no solamente por
eso -hay que hacer recuento de errores, dislates y trampas en el pasado--, nos
aflige. Si se equivoca en este mes y medio que nos resta de plazo, manteniendo
una actitud de dejar que los problemas se pudran, Rajoy tendrá que cargar con
la responsabilidad de lo que ocurra. Y lo que ocurra, porque no veo una
disposición de retirada sin más por parte de la Generalitat, y menos
aún por parte de sus 'socios' de Esquerra, puede, tal y como están las cosas,
ser malo o muy malo, pero nunca indiferente y, menos aún, bueno.
Veo
que las restantes fuerzas políticas ya toman posiciones: la UPyD de
Rosa Díez acepta
iniciar un camino de entendimiento con Ciudadanos, un pacto posible -y me parece
que, al menos en el caso catalán, deseable-al que no entiendo cómo se explica
que no unan al Partido Popular que en Cataluña lidera una
Alicia Sánchez
Camacho a la que, cuando le pregunté por ello un día en una televisión, me dijo
que es que el dirigente de Ciutadans,
Albert Rivera, "es de izquierdas" (¿?).
Sé que el PP ha propuesto un 'frente' contra el nacionalismo en Cataluña, al
que solamente ha respondido afirmativa la combativa Rosa Díez. Pero no son
'frentes' lo que necesitamos, sino acuerdos constructivos, ideas que convenzan
para avanzar, no baluartes defensivos ni murallas.
En
eso andamos cuarenta y seis días antes. Entre la expectación y el escepticismo.
Pocas veces habrá tenido un estadista una oportunidad tan grande para demostrar
que lo es. ¿Lo es?
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El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>